Doglianesi a Mendoza es un blog que armó Rosana, una ítaloargentina residente en Mendoza desde hace treinta años. Ella, abogada, profesora y consteladora familiar siempre mantuvo activas sus raíces piemontesas. El año pasado, tras dejar sus miedos atrás, decidió poner por escrito sus sentires y vivencias en relación con lo que para ella significaba dejar su Mar del Plata natal y volver “al pie del monte” en Mendoza. Doglianesi a Mendoza surgió como su idea para homenajear a su padre y sus abuelos. También, con esta suerte de testimonio busca resaltar lo importantes que es para ella mantener viva la italianidad en sus hijos y por qué Dogliani, una comuna vitivinícola de la zona de le Langhe, en la provincia de Cuneo, Piemonte, guarda una íntima conexión con Mendoza.
La historia de Angelo, el padre de Rosana
Angelo Abbona emigró desde Dogliani a Argentina en 1950. Durante más de 20 años, con su padre Giuseppe y sus hermanos Gino y Franco, estuvo a cargo de la carpintería familiar. Tras la muerte de Giuseppe, Angelo y sus hermanos tomaron diferentes rumbos. A él le tocó regentear una playa de estacionamiento y administrar distintos negocios hasta su muerte, en la década del 90. Fue durante esos años que Rosana se casó y tuvo a sus hijos y decidió irse a vivir a Mendoza. “Mi papá siempre me decía que en Mendoza había muchos de sus compatriotas, que eran muy trabajadores y buena gente, como él. Un año llevó a mis nonos de vacaciones a San Rafael y allí había otros Abbona también de Dogliani. Inclusive, los nombres se repiten. Mi tío se llamaba Luis Fernando y acá hay una escuela que se llama Fernando Luis”, comenta Rosana.
Doglianesi y otros italianos en Argentina, una gran comunidad
“Mis abuelos y mis tíos hablaban en piemontés entre ellos. A nosotros nos contaban muy poco, parecían querer dejar todo eso atrás. Afortunadamente escuché las historias de mi papá sobre cómo llegó a Argentina y cómo fue su vida en Italia. Él siempre buscaban encontrarse con otros italianos desperdigados por el país. En Merlo estaban las monjas del convento de Mondoví. Una de ellas había sido su maestra de jardín de infantes. Cuando la íbamos a visitar ella y las demás monjas nos recibían en el convento. En Córdoba él iba a la colonia friulana y buscaba salames. A Mendoza él y mis tíos venían a buscar moscato“, recuerda Rosana. “Dogliani es famoso por producir el dolcetto, un vino dulce con denominación de origen, pero en todas las comunas alrededor se producen vinos y espumantes de excelente calidad, los mejores de Italia”, añade.
El surgimiento de Doglianesi a Mendoza
“En agosto de 2021 la Federación Argentina de Entidades Piemontesas organizó un curso de piemontés y nos inscribimos con mi hija mayor. A medida que pasaban las clases me di cuenta de lo importante que era que mis hijos y yo pudiésemos conservar nuestra herencia”, comenta Rosana. “Cuando terminó el curso le dije a mi hija ‘necesito tener un espacio en el que pueda contar por qué siento que Mendoza y Dogliani están tan conectados‘. Mendoza está en el pedemonte y mi familia es del Piemonte, hasta el nombre te lo dice. Yo estoy acá y formé mi familia en una tierra como la de mi padre, no es casual”, sentencia. En Doglianesi a Mendoza Rosana cuenta anécdotas, sucesos de su infancia e historias de su padre y sus nonos. También hay recetas de cocina piemontesa, fotos familiares y algunos textos escritos por sus hijos especialmente sobre Dogliani.
El deseo de Rosana, conectar con otros doglianeses en Argentina
“Durante la pandemia me reconecté con los primos de mi papá en Dogliani. El más joven sigue viviendo en la casa que originalmente perteneció a mis bisabuelos. Fue increíble ver las primeras fotos a color de su casa y las calles del pueblo“, recuerda Rosana. “Gracias al curso de piemontés empecé a formar parte de un grupo de WhatsApp con otros descendientes de piemonteses. Muchos de ellos tienen historias similares a las mías. Espero que este blog sirva para conectarme con otros doglianeses y también conocer las historias de su familias. Realmente, aunar nuestros recuerdos en común sería algo muy enriquecedor. Hay quien piensa que porque pasaron muchos años desde que nuestros padres llegaron, su historia queda en el olvido, pero es todo lo contrario. Nosotros estamos acá para perpetuar el legado de los que llegaron aquí y al contar sus historias, las honramos“, concluye.
¡Qué bueno!