Las playas de Mendoza, ¿adónde ir cuando calienta el sol?

La playa es uno de los lugares preferidos por los argentinos para vacacionar tanto dentro como fuera del país. Contrario a lo que se podría pensar de una provincia sin salida al mar, Mendoza cuenta con playas que están a lo largo de muchos cauces, ríos y diques. Las playas mendocinas tienen una belleza única y a diferencia de muchas de las playas marítimas, prácticamente el viento no sopla. Que Mendoza tenga estos lugares ideales para vacacionar y hacerse una “escapadita” no es nuevo ni original. La pandemia y la necesidad de fomentar el turismo local son dos de los factores que hoy hacen que las playas mendocinas estén prontas a volver a llenarse de gente. En esta nota te contamos la historia de la primera playa de Mendoza y además cuáles son las que podés visitar todo el año y también en la temporada de verano.

Playas Serranas, las primeras de Mendoza

Las Playas Serranas fueron el primer balneario de Mendoza. Se ubicaban donde hoy está situado el Museo de Ciencias Naturales Juan Cornelio Moyano. El balneario comenzó a construirse en 1935 y fue inaugurado en 1937. Las Playas Serranas eran el lugar ideal para hacer deportes acuáticos y estaban abiertas para todas las clases sociales sin distinción. Diariamente, hasta tres mil personas podían utilizar las instalaciones del complejo. Dentro de él estaban los vestuarios y también había salas de reunión, una confitería y una pista de baile. Además, había dos terrazas, instalaciones de radio, una playa y un trampolín para hacer clavados en lago. Mientras estuvieron en funcionamiento, las Playas Serranas eran uno de los lugares de recreación más populares entre los mendocinos y turistas. Cuando se prohibió nadar en el lago, el edificio del balneario continuó funcionando como salón de baile algunos años más.

Las playas de Luján, en el río Mendoza y en El Carrizal

Estas playas están en el departamento de Luján de Cuyo. La más antigua es la que está sobre la bajada al río Mendoza en el distrito de Las Compuertas. Allí hay capacidad para alrededor de 1500 personas que pueden tomar un baño en el río, sentarse a disfrutar del sol en la arena, pasar la tarde bajo la sombrillas o hacer actividades recreativas. La playa más nueva es la que está emplazada sobre el dique El Carrizal. Las entradas únicamente se consiguen con anticipación en la página de turismo del municipio. Ambas playas cuentan con instalaciones sanitarias, puestos de comidas y estacionamiento para autos, motos y bicicletas. La temporada comienza en diciembre próximo y debido a la pandemia, los visitantes deben cumplir con los protocolos sanitarios aún vigentes.

La playa de General Alvear, en el sur mendocino

La Costanera Alvear es la playa que los mendocinos y turistas tienen para disfrutar en el sur de la provincia. Fue inaugurada en 2018 y está por empezar su cuarta temporada en actividad. La playa de Costanera Alvear tiene alrededor de 70 metros de ancho y unos 150 de largo. Próximos a la playa, además, hay quinchos, churrasqueras y un vagón de tren reacondicionado como cantina. En Costanera Alvear se puede recorrer el río en kayaks y hay espacio para practicar deportes que van desde beach volley y fútbol hasta gimnasia. El predio también cuenta con wi-fi y estacionamiento para autos y motos. Se estima que la apertura de la próxima temporada sea en diciembre y que los horarios de funcionamiento sean los mismos que en los veranos anteriores. El lugar tiene capacidad para más de 1200 personas y 300 vehículos.

En el Dique Potrerillos, un paraíso entre la multitud

No hay momento del año en que el Dique Potrerillos mengue la cantidad de gente que lo visita. Todos los fines de semanas miles de mendocinos visitan sus costas en busca de un día diferente lejos de la ciudad y la contaminación visual y sonora del casco urbano. Allí, entre dunas y montañas, existe una pequeña playa que no tiene nada que envidiarle a las de algún destino exótico. Por la disposición del dique, la zona en la que se encuentra la playa tiene aguas de azul intenso, arena fina y delgada y poca contaminación a su alrededor. Es uno de los sitios menos conocidos del dique, pero también uno de los más paradisíacos. Se puede visitar, como todo el dique, en cualquier momento del año pero está bastante alejada del resto de las instalaciones, por lo que lo recomendable es acceder en auto o en kayak e ir acompañado.

Autor/a imagen de portada: Victoria Bibiloni Abbona