Existen tradiciones familiares que quedan grabadas en nuestra memoria, cada familia tiene la suya, pero si venís de piemonteses, sòma d’aj, es decir, pan y ajo, es una de las clásicas. Constituyen bondades de la gastronomía piemontesa que conjugaron con las bondades de Mendoza, haciendo de esta una vez más el Piemonte argentino.
Pan y ajo
Se trata de un pan tostado al cual se le frota un ajo, una pizca de sal y un hilo de aceite de oliva. Así se obtiene el sòma d’aj, la merienda típica de los piemonteses y de nuestros nonos. Lo más probable es que siendo mendocinos la hayan consumido sin saber su origen real.
No hay que confundirlo con una bruschetta. En algunas zonas del Piemonte, los niños lo acompaña con queso para atenuar el ajo. Y es una excelente forma de perder el apetito previo a la cena.
La preparación tradicional del pan y ajo
Antiguamente las nonas tomaban un pezzetino de grisia, que es un tipo de pan con más cáscara y de masa consistente (lo que hoy sería un pan de harina integral). También se utilizaba (y utiliza) la biova piemontesa que es una especie de roseta con cascara suave y miga más esponjosa. Lo metían en el horno de leña para tostarlo y por el tipo de miga quedaba más “rugoso”. Luego frotaban el ajo, la pizca de sal y el aceite de oliva. En tiempos de vendimia se lo acompañaba (y acompaña) con unos granos de uva barbera.
Hay que tener en cuenta que es un plato típico del campo y de origen muy simple. Justamente por esto varía según la zona. En algunos lugares, como Biella y Torino, le agregan lardo o manteca de cerdo. Es un tipo de salume que se prepara con grasa de cerdo y romero. Y en otros lugares lleva tomate fresco de temporada.
Las bondades del ajo
El ajo es un bulbo muy presente en la gastronomía piemontesa, desde esta merienda hasta la típica Bagnà Cauda. No solamente es delicioso, sino que posee propiedades que fortalecen el cuerpo. Es un antibiótico y antimicótico natural, óptimo para las infecciones. Además, es un excelente depurativo para eliminar toxinas del cuerpo y sirve para reconstituir la flora intestinal. Es un anticoagulante por excelencia y reduce las grasas en sangre. Baja la fiebre y refuerza las defensas.
Para los hipertensos es fantástico porque regula la presión arterial, de hecho, se recomiendan tres dientes diarios. Para los diabéticos: regula los niveles de glucosa en sangre. Es anticancerígeno, expectorante, antioxidante, eficaz contra las verrugas. Verdaderamente un don de la naturaleza.
Los dones del aceite de oliva
Hablar del aceite de oliva es hablar de Italia. También este producto tan típico de toda la península itálica tiene grandes beneficios. Ayuda a reducir los niveles de colesterol malo y elevar los niveles de colesterol bueno. Se combina con el ajo en cuanto a los beneficios para la hipertensión y la prevención de la diabetes. Como así también evitar las trombosis, mejorar las funciones cognitivas y prevenir la artritis, entre otros tantos beneficios.
Queda hecha la invitación, buen pan, buena oliva y ajo, acompañado de un buen vino, desde Mendoza el piemonte argentino con amor.
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