La Colonia Italiana de San Rafael fue una de las primeras en revalorizar los terrenos del desierto mendocino. Esto contribuyó a convertirlos en el oasis que son hoy.
En 1884, varias familias provenientes de distintas provincias de Lombardía llegaron al departamento sureño. Una vez allí, comenzaron a trabajar la tierra, primero para los terratenientes de la zona y luego de manera independiente. Con el correr de los años, la Colonia Italiana fue creciendo en número hasta formar una de las más grandes de la zona. A los lombardos se les unieron inmigrantes piamonteses y romañolos. Los descendientes de quienes formaron el contingente original continuaron con el oficio y hoy, la vitivinicultura en San Rafael está más vigente que nunca. En esta nota te contamos más sobre la historia de esta colonia y su importancia para el oasis sur. ¡No te la pierdas!
La llegada de los italianos a San Rafael
Durante el siglo XIX fueron varios los contingentes de inmigrantes italianos que llegaron a diferentes zonas productivas del país. Avellaneda, Freyre y Colonia Caroya, entre otras, son ejemplos de esas experiencias. En ese entonces, los grupos de familias llegaban a Argentina y se dedicaban a actividades principalmente agrícolas.
Mendoza no fue la excepción. A esta provincia llegaron piemonteses, vénetos, friulanos, marchigianos y toscanos en diferentes décadas. Particularmente, el grupo de inmigrantes que llegó a San Rafael lo hizo gracias a la iniciativa de Manuel Marco, un presbítero. Por ese entonces, Marco buscaba nuevos pobladores para Mendoza, pero el acuerdo con los lombardos fracasó.
Posteriormente, Rodolfo Iselín, empleó a estas familias en tareas relacionadas con la viña y les otorgó parcelas de tierra dentro de la colonia francesa. Fue así que los lombardos se fueron asentando en el sur mendocino.
La expansión de la Colonia Italiana de San Rafael
El accionar de la Colonia Italiana fue crucial para San Rafael. Ante el agotamiento del modelo productivo ganadero era necesario buscar nuevas actividades en la región. Los italianos, junto con los franceses, dinamizaron la actividad vitivinícola y la modernizaron.
A partir de 1884, ellos contribuyeron a difundir la vitivinicultura, cultivar la vid y optimizar el uso de las tierras de cosecha. Inicialmente, se los contrató como trabajadores agrícolas, pero luego llegaron a ser propietarios de predios de varias hectáreas. Allí comenzaron a cultivar sus primeros viñedos y experimentaron con variedades híbridas e importadas de uva. Además, fundaron importantes bodegas y conformaron así uno de los polos vitivinícolas más grandes de la provincia. Para 1903, cuando se producen las primeras conexiones ferroviarias con Mendoza, las fincas de las familias Bonfanti y Sardi eran de las más importantes. La producción de vino, desde ese entonces, solo fue en aumento.
La conformación de San Rafael como potencia vitivinícola y el rol de la Colonia Italiana
Gracias a la legislación vigente durante el tiempo en que los italianos llegaron, toda la tierra donde se cultivaba la vid estaba exenta de impuestos. Esta medida fue una de las que propició la continua expansión de los viñedos y bodegas en San Rafael.
La modernización que los colonos italianos le trajeron a la tierra mendocina continuó durante siglos. Las empresas familiares ligadas a la industria del vino son todavía el principal emprendimiento de la zona.
Con más de dos siglos de historia, las bodegas sanrafaelinas producen vinos de excelente calidad. El agua del los ríos Atuel y Diamante y las propiedades del suelo son todavía factores determinantes. También lo son la tradición vitivinícola, el amor que los viñateros ponen en su oficio y su gran pasión por hacer el vino. Aún hoy, la idea de famiglia se replica en cada finca, haciendo de la experiencia sanrafaelina una historia única.
Commenti
