Cesare Cipolletti fue uno de los italianos que más influencia tuvo en el crecimiento de nuestra provincia. Gracias a sus conocimientos de ingeniería hidráulica, logró cambiar la historia del riego en Mendoza; lo que permitió el desarrollo de una de nuestras industrias más importantes y reconocidas mundialmente: la vitivinícola. Por este motivo, le rendimos homenaje este 17 de junio, Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Sin la gestión de este recurso tan escaso en nuestra provincia, la vida sería muy diferente aquí.
Cipolletti: italiano de origen, mendocino por adopción
Cesare Cipolletti nació en la isla Tiberina, en Roma. Estudió Ingeniería Hidráulica en la Universidad La Sapienza de esa misma ciudad. Rápidamente se convirtió en una autoridad mundial en su campo, luego de proveer agua a ciudades como Vicenza, Padova, Florencia y Milán, entre otras.
Su fama llegó hasta Mendoza y en 1888 fue contratado por el gobernador Tiburcio Benegas para diseñar y dirigir obras de riego en el río Mendoza y de desecado de terrenos pantanosos. Bajo su dirección, se construyeron las tomas de riego en los ríos Tunuyán y Mendoza, las cuales se consideraron obras maestras en su género. Esta obra permitió la irrigación de 130.000 hectáreas de terreno para cultivo.
Tras 9 años de intenso trabajo e Mendoza, Cipolletti fue solicitado por otras provincias como San Juan y Tucumán, para aprovechar las aguas de los ríos San Juan y Salí, respectivamente.
En 1898, el gobierno nacional le confió un estudio general de los ríos Negro y Colorado. Desde febrero hasta mayo de 1899, Cipolletti, con algunos colaboradores, recorrió la zona desde la Cordillera hasta el Océano Atlántico, inspeccionando unos 200.000 kilómetros cuadrados. Luego de presentar su informe regresó a Italia, para ocuparse de la irrigación del tío Tiber, con el objetivo de convertirlo en vía fluvial. Dicho proyecto quedó en suspenso hasta 1907, cuando el gobierno argentino le pidió que regresara para concretarlo las obras de riego que había diseñado para el Alto Valle del Río Negro y Neuquén.
El regreso a nuestro país
Pero, lamentablemente, no pudo llevar a cabo esta tarea. Se embarcó, ya en mal estado de salud, junto a su esposa Ida Grossi y a sus hijos Pedro, Luis, Benedicto y Emilio, en el puerto de Génova en el “Tommaso di Savoia”. Cuatro días después, el 23 de enero de 1908, cuando la nave estaba cerca de las Islas Canarias, falleció. Fue sepultado primero en el cementerio de la Recoleta. Luego fue trasladado a Mendoza, donde hoy descansa junto a su mujer.
Los homenajes
En 1946, al cumplirse el centenario de su nacimiento, la provincia de Mendoza le erigió un monumento en el dique situado sobre el Río Mendoza, en el departamento de Luján de Cuyo, y que lleva su nombre.
La escultura de Héctor Rocha representa al ingeniero con las botas de trabajo que solía usar, junto a un teodolito, con el brazo derecho en alto y mirando al río. Allí también resposan, actualmente, los restos del matrimonio Cipolletti.
Por ser el artífice de las grandes obras de riego, pilares sobre los que se asientan nuestras economías, nuestros vecinos rionegrinos también le han dedicado muchos homenajes.
Por su parte, los romanos colocaron una lápida que le recuerda en las inmediaciones de su casa natal, en la Isla Tiberina.
