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Encuentro de Inmigrantes e identidades: así se vivió en Mendoza

Encuentro De - Veseli

El domingo 4 de septiembre, Día Nacional del Inmigrante, Godoy Cruz fue el escenario de una gran evento multicultural. Allí se celebró el primer Encuentro de Inmigrantes e identidades culturales y cientos de personas se hicieron presentes en el Espacio Arizu. La gente acompañó a las colectividades presentes que llevaron hasta allí sus cuerpos de baile, coros y algunas especialidades culinarias de sus países. El encuentro se prolongó hasta pasadas las 18 y mantuvo al público entusiasmado de principio a fin. Además, los 24 grados de un día atípico para el invierno convirtieron a la jornada en un momento único para disfrutar de buena música y bailes con amigos y familia. itMendoza estuvo presente una vez más y por eso hoy te contamos cómo se vivió el Encuentro de Inmigrantes e Identidades culturales y cuáles fueron los momentos más emotivos.

Jugos al sol y cafecito caliente a la sombra

No hubo ni una sola nube en el cielo de Godoy Cruz. Por eso, pasada la una del mediodía la gente comenzó a llegar al Espacio Arizu. Allí, además de los puestos de comida de las colectividades también había un pequeño escenario. Alrededor de él, el público podía sentarse en bancos y banquetas. Tanto los asientos como las mesas estaban hechas a base de barriles y otros elementos restaurados. En otro de los patios se instalaron unas hamacas móviles en las que muchos, especialmente los más pequeños de la familia, se fotografiaban y filmaban. Quienes bajo el constante sol tenían la suerte de encontrar un lugar a la sombra bebían café y hasta tenían puestos abrigos livianos. Mientras tanto, quienes estaban mirando los shows en el patio de la bodega llevaban consigo hasta sombrillas y no dejaban de degustar bebidas frescas como jugos, cócteles con vino y vino tirado.

La comida, la otra protagonista del Encuentro de Inmigrantes

Por momentos el olorcito a comida inundaba el ambiente. Varias de las colectividades llevaron hasta allí sus carros de comidas típicas y podía verse gastronomía de todos los estilos. Una de las especialidades más pedidas fueron las sfijas libanesas. Además, había shawarma, niños envueltos y falafel. Las mesas especialmente dispuestas alrededor del escenario permitían que la gente pudiera comer sin necesidad de estar de pie y sin perderse ni un minuto de los shows frente al escenario. Allí, algunos comieron pizzas, empanadas, sándwiches y otras comidas étnicas. Los amantes de los postres y los dulces también tuvieron su espacio y comieron distintos postres nuevamente acompañados de café caliente.

Un encuentro de inmigrantes para honrar a los inmigrantes

Muchas de las colectividades que llegaron a Argentina tienen en su bailes uno de sus elementos culturales más representativos. Durante todo el Encuentro de Inmigrantes se hicieron presentes cuerpos de baile de lugares tan disímiles como Croacia, Colombia y Siria. Además los ballets argentinos también representaron qué tan influyente fue la inmigración en nuestra identidad. El Ballet Municipal de Godoy Cruz fue uno de los encargados de transmitir ese sentimiento. Por eso, durante su actuación los bailarines llevaron vestimentas típicas de los inmigrantes de principio de siglo. Las canciones que bailaron, también, hacían alusión a quienes dejaron sus tierras, tenían palabras en lunfardo y hablaban sobre la dura vida de los recién llegados al país.

Encuentro De Inmigrantes Caracterizados
El Ballet Municipal de Godoy Cruz

La emoción de ser descendiente de inmigrantes: cuando la sangre no es agua

La colectividad croata se hizo presente por partida doble. Por un lado, con el Grupo Vocal Planinari y por otro, con el conjunto de danzas folclóricas Veseli. Veseli llevó al escenario sus coreografías llenas de ritmo y alegría. Uno de los bailes más aplaudidos fue el drmeš, en el que parte del cuerpo de baile, literalmente, vuela mientras baila. El coro Planinari interpretó el coro fue el himno nacional, algo que emocionó a varios de los presentes. A mi lado, había una señora mayor, descendiente de croatas que cantaba y llegó a conmoverse hasta las lágrimas. La siguiente interpretación fue la de “Marijana”, una canción popular que en algún momento de mi infancia escuché en italiano y alemán. Esta vez, la que estaba conmovida era yo. Inmediatamente se me vino a la mente ese famoso dicho que tanto croatas como italianos se atribuyen mutuamente: “la sangre no es agua”.

Candombe, cumbia y danzas árabes, llevar el ritmo en la sangre

Si algo caracterizó a las colectividades latinoamericanas y asiáticas fue la energía de su música y la gracia de sus bailes. Alrededor de las 3 de la tarde, se presentó el estudio de danzas árabes Mariam que llevó al escenario distintas coreografías de medio-oriente. El público entusiasmado se acercaba a ver a las bailarinas cuyos trajes centelleaban bajo el sol de la tarde mendocina. La Berraca Guanábana, el conjunto de música del caribe colombiano fue otro de los que más ritmo le puso a quienes estaban frente al escenario y se pararon a bailar y acompañar la música que no dejaba de sonar. Ya pasadas las cinco de la tarde, fue el turno de Uruguayeces, un trío formado por inmigrantes uruguayos en Mendoza que entonó canciones populares del país con bombos, platillos y una impronta rioplatense inigualable.

Encuentro De Colombianas
Parte del cuerpo de baile colombiano mientras el coro croata se preparaba para actuar
Encuentro de Inmigrantes e identidades: así se vivió en Mendoza ultima modifica: 2022-09-05T21:36:30-03:00 da Victoria Bibiloni Abbona

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Julieta B. Mollo

Che bello! ☺️

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