¿Extrañan ir a tomar un buen café? Sin dudas, preparar un café perfecto es todo un arte. Pero no es imposible. La verdad es que se puede preparar un excelente café en nuestra propia casa. Y ahora, como no podemos salir, es una excelente oportunidad para perfeccionar nuestra técnica.
Lo que necesitamos para preparar un café perfecto en casa son dos cosas muy simples: una cafetera italiana (sí, la moka, la que probablemente no has usado casi nunca y ha quedado al fondo y olvidada en el cajón o alacena) y aceptar que no se puede hacer todo de una sola vez.
Con los consejos de itMendoza, podrán preparar un café perfecto en tan solo cuatro pasos ¡y cinco minutos!
1. Calentar el agua, pero sin que llegue a hervir
Uno de los errores más comunes a la hora de preparar un café es hervir el agua. Esto quizás se deba a que, en Argentina, solemos ser muy críticos con el tema de la temperatura: un café perfecto es aquel que está bien caliente. De hecho, es una de las sorpresas más grandes que se llevan los argentinos en Italia: “¡No sabés! ¡Me trajeron el café tibio!”.
Sin embargo, para hacer un café perfecto, es esencial quitar el agua del fuego antes de que hierva. ¿Y cómo sabemos cuándo ha llegado ese momento? Muy fácil: cuando aparece un leve burbujeo.
Entonces, lo primero que hay que hacer es llenar el depósito de la cafetera con agua hasta la válvula y ponerlo al fuego solo, es decir, sin el filtro y sin la mitad de arriba de la cafetera.
2. Mientras se calienta el agua, moler los granos
Lo cierto es que el café en grano conserva mucho mejor el sabor y el aroma. Por este motivo, también tenemos que olvidarnos de moler todo el paquete de café de una sola vez para tenerlo listo para la próxima ocasión. La textura de la molienda que tiene que quedar es similar a la de la arena de playa: fina pero consistente.
3. Hacer un agujero en el café que está en el centro del filtro
Se aconseja llenar el filtro de café hasta el borde, sin aplastarlo. Luego, hacer un agujero justo en el medio, es decir, que coincida con el tubo de la cafetera.
A continuación, cerramos la cafetera con un paño para no quemarnos las manos, dejamos la tapa abierta y volvemos a poner la cafetera sobre el fuego (bajo).
La tapa abierta influye directamente en el sabor: permite que el agua se caliente más lento y que esté en contacto más tiempo con el café mientras este va subiendo. Si lo hacemos con el fuego alto y la tapa cerrada, el agua subirá más rápido y apenas estará en contacto con el café.
4. Esperar: dejar la ansiedad y dejarlo reposar para obtener un café perfecto
Cuando aparezcan los característicos ruidos de las cafeteras y el café empiece a salir (luego de un minuto y medio, más o menos, desde que lo pusimos sobre el fuego), bajamos la tapa de la cafetera y la quitamos del fuego. Pero alto, no desesperarse por servir el café. Es necesario dejarlo reposar un minuto para que se asiente. Es el momento ideal para aprovechar para disfrutar del exquisito aroma de la bebida que estamos próximos a degustar.
Por último, recomendamos tomarlo solo, es decir, sin ningún agregado, como el azúcar. El café perfecto no lo necesitará.
