El laberinto de Borges es un bello jardín que crece en San Rafael. Realizado por la familia Aldao-Bombal en la histórica Finca los Alamos, este homenaje al gran escritor es fruto de una historia apasionante. Así como una atractiva propuesta turística que incluye gastronomía y eventos culturales en una atmósfera cargada de simbolismo.
El laberinto de Borges, una historia apasionante
Este original y precioso homenaje a Borges nace de un sueño. La reconstrucción de los hechos, desde su concepción hasta finalmente echar raíces en la tierra, es una historia apasionante.
Fue diseñado por el inglés Randoll Coate, un especialista en laberintos simbólicos, autor de los más espectaculares y prestigiosos laberintos simbólicos en Europa. Era también diplomático, y por mandatos de su profesión pasó una temporada en Argentina. En nuestro país conoció a Borges y su obra a través de la escritora Susana Bombal, íntima amiga del homenajeado.
Indudablemente, Coate quedó maravillado con las referencias a los laberintos en toda la literatura borgiana. Al punto que al enterarse de la muerte del escritor le envió una carta a Susana, en la cual le manifestaba que tiempo antes había soñado con el homenaje perfecto a Borges, un laberinto. De inmediato, de la noche a la mañana, como lo que dura un sueño, lo diseñó.
Borges y Susana
Jorge Luis Borges y Susana Bombal tuvieron una amistad muy profunda. El conector inicial fue el interés de ambos por la literatura inglesa. El abuelo materno de Susana era inglés. Ella aprendió a hablarlo y a escribirlo con naturalidad, y se convirtió en una excelente traductora de libros del inglés al español.
Susana se crió entre Buenos Aires y Mendoza, más precisamente en la Finca Los Álamos, en el departamento de San Rafael. Su abuelo, Domingo Bombal, adquirió ésta propiedad a mediados del siglo XIX.
Borges visitó en varias oportunidades a su amiga en esta estancia. Si bien Susana vivía en Buenos Aires, cada año pasaba toda la temporada de verano en la casona de San Rafael.
Los caminos del laberinto convergen en San Rafael
Al morir Susana Bombal, Camilo Aldao, sobrino nieto de la escritora y con quien tuvo una estrecha relación, hereda las cosas de su tía. Al revisarlas, encuentra aquella carta de Randoll Coate en la que hablaba de su sueño y del mejor homenaje para Borges. Camilo, de una personalidad particularmente mística, toma la decisión de concretar ese homenaje, ya no solo en honor a Borges sino también a su querida tía.
Desde su génesis en el mundo onírico hasta quedar finalmente plantado en la tierra, pasaron muchos años. Intentos frustrados de realizarlo en Buenos Aires postergan la obra una y otra vez. Finalmente Camilo comprende que el laberinto debía ser emplazado en la Finca Los Álamos de San Rafael, casa natal de su tía Susana.
El laberinto de Borges en Venecia
Venecia fue una ciudad que siempre cautivó a nuestro escritor, incluso llegó a pensar en vivir allí. Desde la Fundación Cini se impulsó el proyecto de homenajearlo con la construcción de un laberinto, el cual fue inaugurado en el año 2011 con motivo del 25° aniversario de su muerte. Al igual que el de San Rafael, se plantó siguiendo el diseño de Coate.
Emplazado en el Monasterio de San Giorgio Maggiore, en la isla del mismo nombre, es actualmente uno de los jardines más bellos de Italia.
La propuesta
Es posible visitar este homenaje viviente todos los días, de 9 a 19:30. Es un espacio pleno de historia, que invita a relajarse y a la contemplación, a la vez que permite al visitante perderse entre los más de 7000 arbustos que conforman el laberinto. Desde la torre de casi 20 metros de altura, se obtiene una vista panorámica y podemos jugar a descifrar toda la simbología que esconde el universo borgiano.
El lugar cuenta también con una pulpería que sirve las mejores empanadas de la zona y vinos de elaboración propia. Son famosas las peñas folclóricas que se organizan algunas noches a la semana. Música, danza y sabores cuyanos se suman a esta gran propuesta que nos espera en San Rafael.
¡No te la pierdas!
¡Parece el laberinto de Alicia en el país de las maravillas! ¡Qué hermoso!
La nota que el laberinto se merece. Hermoso