El tango, de cuna ítalo-argentina a Patrimonio Inmaterial

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Arte y Cultura

El tango, de cuna ítalo-argentina a Patrimonio de la Humanidad

Tango - Imagen Destacada

Nacido en los barrios bajos y conventillos porteños en el transcurso del siglo XIX, y rechazado por la moral pública y privada del momento, el tango fue, en principio, una cuestión de inmigrantes y de bonaerenses de clase baja. Indudablemente, las arrasadoras olas de inmigración trajeron consigo una manera particular y, en ese entonces, mal vista de sobrellevar la nostalgia y soledad de dejar atrás el hogar. Este inminente ritmo cobró una fuerza mayor a la de los intentos conservadores de dejarlo en el olvido. Tal fue la huella, que en 2009 la UNESCO lo declararía Patrimonio Intangible de la Humanidad.

La llegada de los italianos y el tango: el suceso que lo cambiaría todo

Hacia el año 1860, la Argentina se encontró con el desplazamiento más caudaloso e importante registrado en su historia: la inmigración italiana. Según Dirección de Inmigraciones, entre 1857 y 1899 arribaron más de un millón de italianos, de los cuales aproximadamente 700 mil permanecieron en el país. Los nuevos ciudadanos provenían principalmente de Friuli-Venezia-Giulia, Lombardía, Piamonte, Nápoles y Veneto, y se asentaron —en mayor medida— en Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza. Siguiendo estos datos, es imposible no estar al tanto de que nuestra cultura tiene un importante componente ítalo-argentino. Nuestros apellidos, los platos típicos de cada familia los domingos, la manera de hablar… De hecho, los nombres de los grandes pioneros del tango son italianos: Piazzolla, Troilo, De Angelis, Discepolo, Corsini, entre otros.

Huella digital rellena con los colores de la bandera italiana.

El italiano recién llegado, con su innato espíritu de artista, puso su grano de arena. Por un lado, el aporte se debió al propósito de integrarse al nuevo territorio y al bagaje cultural del mismo. Por otro lado, el tango representó un boom cultural: vestidos más cortos, bailarines que mantenían una escasa distancia, ritmos vulgares con vocabulario inadecuado, pasos sensuales… Sin dudas, revolucionó cada rasgo de la idiosincrasia reinante en ese entonces.

Las letras, los pasos y los sentimientos

Evidentemente, el influjo se reflejó en las letras de manera bilateral: en primer lugar, a través del lunfardo o los italianismos. En segundo lugar, mediante las letras mismas, las cuales no eran (ni son) simples rimas, sino que buscan transmitir los sentimientos del inmigrante.    

“(…) él sueña siempre con su país

Pensando que quizá cambie su estrella

Y en su tierra bella

Pueda ser feliz (…)”

Los versos anteriores pertenecen a la letra de Chabonazo, un tango sobre un carpintero italiano, cuyo anhelo más grande es regresar a su patria.

El lunfardo se usó mucho en el tango, e incluso pasó a formar parte de nuestro lenguaje diario. Palabras como chabón, laburo, burdel, arrabal, gringo son escuchadas con gran frecuencia hasta el día de hoy.

El tango en Mendoza a través de sus profes

Andrea Laucieri, bailarina de tango de improvisación hace un largo tiempo, nos comenta que “le da una sensación de pertenencia porque es propio de nosotros, ya que tiene que ver con la idiosincrasia y nuestra forma de relacionarnos”. Asimismo, asevera que “es una búsqueda constante de aprendizaje, y que cada experiencia es distinta porque no se sabe que música vas a bailar o a quién vas a tener en frente. Cada encuentro es distinto”.

Bailarinas de tango con un cartel de fondo "en este lugar se baila con el corazón"

Tana Cingolani & Mariela Alfonso, quienes llevan a cabo Tango Nómade Mendoza y Tango Queer Mendoza, nos cuentan que “el bailar tango evoca felicidad y tantas otras emociones, que surgen al momento de conectarse con la música y con la otra persona”.

El tango en tiempos de COVID-19: redescubrir y reinventar

Si bien el tango ha sido menos asimilado en Mendoza que en otros lugares de Argentina, dado nuestro carácter montañés y reservado, sigue siendo un ícono cultural. Hoy, son muchas las personas que se animan a incursionar en el mismo. Cingolani y Alfonso, docentes de tango, organizadoras de milongas y DJs, aseguran que en los últimos años el baile ha crecido a nivel social, y que, hasta el estallido por la COVID-19, se organizaban milongas todos los días de la semana.

Cingolani y Alfonso sosteniendo carteles de Tango nómade y Tango queer
Mariela Alfonso y Tana Cingolani.

Las docentes nos comentan que el panorama tanguero se está reconfigurando. Añaden que Tango Nómade y Tango Queer Mendoza tuvieron que reinventarse tras nueve meses de inactividad, pero que su presencia en las redes no ha cesado. Al contrario, continúan buscando lugares  para retornar a clases y a las milongas, ya que los espacios se sustentan con la colaboración de los organizadores. Por ahora, ofrecen clases privadas en Ciudad.
En nuestra ciudad, existe una infinidad de propuestas tangueras para todos los gustos, tanto para los que toman el asunto de manera más seria, para los que desean realizar una práctica amateur o para aquellos que lo viven desde afuera.

El tango, de cuna ítalo-argentina a Patrimonio de la Humanidad ultima modifica: 2021-02-05T00:42:00-03:00 da María Sol Gardonio
El tango, de cuna ítalo-argentina a Patrimonio de la Humanidad
El tango, de cuna ítalo-argentina a Patrimonio de la Humanidad
El tango, un ícono sociocultural de orígenes ítalo-argentinos que arrasó con toda barrera, y que no detuvo su paso hasta convertirse en Patrimonio Intangible de la Humanidad.
mendoza.italiani.it

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