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El terremoto que cambió la vida de los mendocinos

Terremoto - Grabado Iglesia Área Fundacional

El terremoto del 20 de marzo de 1861 fue uno de los más devastadores de la historia de Latinoamérica. Destruyó la que es conocida como la primera ciudad de Mendoza y causó innumerables pérdidas para una zona cuyas construcciones eran muy precarias. Además, debido a la confusión causada por el sismo, también se produjeron incendios y saqueos. Se calcula que durante aquel fatídico día murieron alrededor de 5000 personas y hubo casi la misma cantidad de heridos. La cifra puede parecer pequeña, pero por ese entonces, la población en la ciudad era solamente de 11.500 personas. En esta nota, te contamos cómo este hecho fue fundamental para la provincia de Mendoza y por qué cambió radicalmente la conformación de la ciudad, su diseño y su arquitectura.

Mendoza antes del terremoto

Mendoza fue fundada por Pedro del Castillo el 2 de marzo de 1561, bajo el nombre de «Ciudad de Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja». Durante el siglo XIX la iglesia de San Francisco era la más importante de la ciudad y la antigua Plaza de Armas (hoy plaza Pedro del Castillo) tenía árboles en hileras y una fuente en el centro a la que le llegaba el agua por un acueducto cerrado de doce kilómetros de largo.
El adobe era el material a partir del que se edificaba a la mayoría de las viviendas. Muy pocas casas contaban con energía eléctrica y las que no, se iluminaban con lámparas a base de gas o bencina. Si bien los movimientos telúricos eran muy frecuentes, no había por aquel entonces nada que pudiera preverlos y tampoco había políticas estatales que orientaran a la población ante una posible catástrofe.

Terremoto Placa Primera Fundación De Mendoza
Placa sobre la plaza Pedro del Castillo, fundada sobre la plaza principal de la vieja ciudad.

20 de marzo de 1861, un día negro para Mendoza

A las 20:36 del 20 de marzo de 1861, el terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter sorprendió a los mendocinos. A esa hora, muchas familias estaban reunidas alrededor de la mesa o en la cocina, preparando la cena. En los casi tres minutos que duraron el sismo y sus réplicas, la mayoría de las construcciones se sacudieron de lado a lado hasta derrumbarse o partirse en dos. Unos pocos pobladores tuvieron tiempo de salir de sus casas. Sin embargo, debido a la explosión de las lámparas de bencina, se produjeron graves incendios. Como las construcciones eran de materiales que se combustionaban con extrema rapidez, recién una semana después del terremoto se pudieron controlar todos los focos de incendio. En algunos puntos de la ciudad, además, los restos de barro y escombros taparon las acequias, hubo inundaciones y se propagaron varias enfermedades a través del agua.

Las consecuencias inmediatas del terremoto

El contexto político del país durante 1861 no era el mejor. Por ese entonces la puja entre la confederación y Buenos Aires era constante. Mendoza estaba inmersa en una profunda crisis institucional y fue en ese momento cuando el terremoto trastocó la vida de la población. Para cuando encontraron muchos de los cadáveres, estos estaban carbonizados o comidos por animales. Aprovechando la conmoción por el terremoto, además, hubo saqueos y robos tanto en las iglesias como en casas particulares. A algunos muertos y moribundos también se les robaban sus pertenencias. Al no haber cementerios públicos, los muertos quedaron sepultados cerca de lo que quedaba de algunas iglesias. En medio del caos y la miseria, muchas familias abandonaron la ciudad. Los huérfanos eran enviados a casas sustitutas y los maestros impartían clases por fuera de las escuelas, porque estas se utilizaban como hospitales de campaña u hospedajes.

La reconstrucción de la ciudad y su nuevo diseño urbano

La nueva ciudad se reconstruyó a un kilómetro al sudoeste de la anterior. El nuevo diseño urbano que se aplicó tiene todavía como eje central una plaza principal (hoy la Plaza Independencia) y cuatro plazas más pequeñas (Italia, España, San Martín y Chile), de una manzana cada una. Su propósito era que la gente tuviera espacios donde refugiarse en caso de que se produjera otro terremoto. Las avenidas se ampliaron para que quedara suficiente espacio en la calle y la gente pudiera circular sin riesgo alguno de morir aplastada. Las escuelas se reconstruyeron cerca de las plazas y aún hoy cuentan con amplios patios para evacuar a todo el alumnado en caso de emergencia. Para evitar inundaciones, además, se desarrollaron amplios sistemas de conservación de aguas y nuevos viaductos. Las nuevas construcciones se edificaron con base en una estructura antisísmica tipo armazón de metal y los ladrillos reemplazaron al adobe.

Imagen de portada: “Mendoza – Area Fundacional” by miroab is licensed under CC BY-SA 2.0

El terremoto que cambió la vida de los mendocinos ultima modifica: 2021-04-05T00:47:00-03:00 da Victoria Bibiloni Abbona

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Franco Boglioli

Excelente artículo! 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻

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