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Arte y Cultura Italianos en Mendoza

Patricia Suárez Roggerone: recetas para cocinar y pintar

Patricia Suarez Roggerone - Patricia cocinando

Para Patricia Suárez Roggerone el arte y la cocina son esencialmente tareas creativas. Para ella, un plato en blanco es exactamente lo mismo que una hoja de papel para dibujo  o un lienzo. “Lo que cambia es el medio. La expresión es la misma: el amor y el respeto por la tierra, sus ciclos productivos, mínimas expresiones en el ecosistema, esa conexión infinita con nuestro suelo”. Y en el caso de Patricia Suárez Roggerone, con sus raíces italianas. Sus abuelos maternos llegaron a Mendoza en 1889,  tras dejar Génova
Cocinar, según contó a itMendoza, es “estar conectado con la naturaleza, porque ella te dicta en cada momento lo que se debe usar. La naturaleza es su musa inspiradora: “Yo solo la observo y transmito aquello que veo todo el tiempo a mi alrededor. Soy parte de esa historia, de aquello que creó mi abuelo y pervive en mí”. 

El arte de Patricia, materializado en platos y lienzos.

Cocina genovesa, en la sangre de Patricia Suárez Roggerone

Desde 2008 deleita a mendocinos y turistas en el restaurante La Vid de la Bodega Norton en Finca Perdriel. Si bien cuenta con un extenso currículum, sus grandes maestros fueron sus padres, quienes le enseñaron a pasar el tiempo con alegría en un espacio llamado ‘cocina’, inventando, creando, viviendo“.
Una de las recetas más realizada en su casa era la lasagna genovesa, receta de su abuelo. “Consistía en capas de masa de trigo duro, con pesto de nueces y buen queso parmesano, cuyas capas eran intercaladas con papas y chauchas hervidas. Se coloca mucho pesto y se termina gratinando con gran cantidad de queso”.
Otras de las delicias que recuerda son: “Estofado de caracoles, tiramisú, focaccia, el uso del aceite de oliva, la pasta los domingos. Las recetas tradicionales cuyanas se mezclaban con las recetas italianas. Muchas de esas recetas heredadas de mis abuelos las cocino yo en el restaurant donde trabajo, que además es en una bodega. Mi abuelo nos heredó el amor por la tierra, por la vitivinicultura, porque además de agricultor fue tonelero”.

El maravilloso oficio de cocinar para otros

Patricia empezó a cocinar a los 7 años, cuando ayudaba a papá y mamá en la cocina: “Me sentaba los 29 en la punta del mesón de la cocina y mi tarea era pasar miles de ñoquis por una tablita. A los 10 años era una experta en hacer hamburguesas e invitar a mis amiguitos a comer. Recuerdo haber pensado ‘qué debo hacer para que sea más rico’… La tarea de probar una preparación hasta quedar satisfecha con la faena, sabiendo que he logrado para mis sentidos el mejor sabor“.
Con el negocio familiar de viandas a domicilio aprendió el oficio de hacer comida para otros y vivir de ello. Recuerda despertarse adormecida e ir a la cocina en busca de su desayuno y sentarse en una silla a ver el espectáculo: “una gimnasia especial de dos personas apuradas, que de un lado a otro, tomaban un producto y lo convertían en algo rico para comer”.

La pastalinda

Se acuerda como su papá “hacía una masa en la que aplicaba su fuerza y estiraba con la pastalinda. La pastalinda era uno de mis pasatiempos favoritos de invierno, ayudarlos a estirar masa o hacer con mamá sopaipillas. Tal vez era una excusa para sacar el mágico aparato de la caja y dar vueltas la manivela hasta el cansancio e insistir una y otra vez con la masa, cortar, hacer, encimar estirar, lograr una forma, unir, cortar, hacer una forma, unir… Mi papá era un cocinero innato, disfrutaba de su tarea de hacer y dar”. 
En su adolescencia, decidió profundizar sus estudios, por lo que iba a aprendera cocinar de la mano de una ecónoma, porque en esa época en Mendoza no habían chefs”. 

El arte: formas de ser, sentir y decir

La cocina, tema muy presente en sus obras de arte.

Su paso por la Facultad de Artes de la UNCUYO fue para Patricia un verdadero tesoro.  “Tuve la fortuna de disfrutar de la educación formal de grandes artistas plásticos mendocinos y profesores que amaban serlo como Eduardo Chilipoti, Eliana Molinelli, Estela Labiano, Eduardo Musso, Inés Rotella, Chalo Tulián, Eduardo Tejón, Santangelo, Cristian Delhez, Alicia Farkas… Me formaron en el compromiso, en la ética , en la profesionalidad,; además de enseñarme a entender el lenguaje del color, las líneas, las formas, el movimiento, las luces, las sombras, las técnicas, la estética, el desnudo, la expresión, a ser, sentir y decir”. 

Patricia Suárez Roggerone: recetas para cocinar y pintar ultima modifica: 2019-06-10T00:01:52-03:00 da Camila Balter

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