El Salto es uno de los lugares más populares de la montaña mendocina. Ubicado en el distrito de Potrerillos, en Luján de Cuyo, y a casi 80 kilómetros de la ciudad de Mendoza, esta localidad es la alternativa de muchas familias y amigos para pasar el fin de semana. Algunos hasta deciden pasar la temporada estival completa en El Salto, ya que las temperaturas difieren hasta 15 grados con respecto a las del casco urbano. Por eso, durante los meses de enero y febrero, la montaña es una excelente opción para escapar del agobiante calor, el ruido y las luces de la ciudad. Hoy te contamos un poco más sobre El Salto, las actividades que se pueden hacer allí y los lugares que sí o sí tenés que conocer si venís de visita a Mendoza.
La cascada de El Salto
Para los amantes de la naturaleza, este es uno de los principales atractivos, además de las cabalgatas por los distintos senderos alrededor del río. Por una huella de 7 kilómetros, se llega a la cascada de El Salto, a 2700 metros sobre el nivel del mar. Lo recomendable es visitarla en verano o en primavera porque en invierno el agua de la cascada está totalmente congelada. Dependiendo la época del año, además, en esta zona se puede hacer trekking y también conocer diferentes ejemplares de la fauna silvestre como liebres, guanacos y zorros. Unos 300 metros más arriba, a 3000 metros sobre el nivel del mar, está la Cruz del Portezuelo y después el cerro Montura, de 2920 metros de altura. El trayecto suele hacerse a pie en aproximadamente 2 horas desde el ingreso a la estancia El Salto hasta el cerro, y 1 hora y media en bajada.
Rincón Huarpe, la casa de té que es todo un ícono de El Salto
Ubicada sobre la avenida Los Cóndores, entre los Jilgueros y las Golondrinas, esta casa de té es un lugar imperdible para pasar un buen rato con familia y amigos. Allí se pueden beber tés de las variedades más finas, cafés gourmet y licuados, pero la estrella del lugar, indudablemente, son los postres. En Rincón Huarpe se puede degustar una amplísima variedad de tartas y tortas dulces, scones, panes de queso y dulces artesanales. Atendida por Amneris, su dueña, esta casa ofrece además una vista única de las múltiples especies de flores y árboles frutales de El Salto. La poca contaminación lumínica y sonora le brinda a los comensales, además, la posibilidad de disfrutar como nunca del silencio de la montaña.
Cervecería Jerome
Esta empresa se fundó a mediados de 1980 y es uno de los lugares más reconocidos de El Salto. Inicialmente era una fábrica de cerveza artesanal pero luego su actividad fue virando hacia la producción comercial. Dos años antes del inicio de la fábrica, en 1983, Eduardo Luis Maccari, el fundador de Jerome, estuvo en Bohemia, actualmente República Checa. Allí, de la mano de los maestros cerveceros del lugar, conoció los secretos para elaborar cervezas artesanales de alta calidad. Cuando volvió a Mendoza, Maccari comenzó a recolectar los insumos para iniciar su propia partida y en 1985 lanzó su primera cerveza de producción artesanal. Años después, fue su hijo, también llamado Eduardo, quien continuó con la producción. Aún hoy, en El Salto se puede recorrer la antigua fábrica, conocer el proceso de elaboración de cerveza y también degustar diferentes variedades.
Capilla de Fátima y Calvario de El Salto
Para los amantes del turismo religioso, El Salto también ofrece diferentes alternativas. Siguiendo el sendero camino al río, se encuentra la capilla Nuestra Señora de Fátima. Allí, los domingos se puede asistir a las misas, conocer la historia del lugar y sus pobladores o tomar fotografías. Del lado opuesto del río, donde termina la calle los Jilgueros, es posible ver un sendero que puede recorrerse en auto, a caballo o caminando. Es allí donde están ilustradas las diferentes estaciones del Calvario que culminan en la estatua de un Cristo ubicada en la cumbre de la montaña. Desde allí, además se puede ver la asombrosa vista del dique Potrerillos y todos los cerros y valles a su alrededor.
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