Cada 5 de enero en nuestra provincia se recuerda la partida del Ejército Libertador guiado por su comandante el General San Martín en 1817. Esta campaña militar extraordinaria ubicó a San Martín entre los estrategas más grandes de la Historia justo a Aníbal y Alejandro Magno, a través de la cual se liberó a varios pueblos sudamericanos. Este hecho dará a Mendoza el mote de “Cuna de la libertad de tres naciones”. Ese día, además, fue presentada la bandera que guiaría a ese Ejército, por eso también es el día de la bandera de la provincia de Mendoza.
¿Qué sabemos de San Martín?
Nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú. Por aquel entonces pertenecía a la gobernación de Misiones del Uruguay. Su padre era el gobernador de esa región. De pequeño la familia se trasladó a España. Comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Se educó en un mundo y cultura enciclopédica por lo que tenía una formación muy sólida y ética. Siguió la carrera militar mostrando gran capacidad que le posibilitó ascender rápidamente. Se destacó tanto en el campo de combate como en la estrategia. Perteneció a la generación de españoles americanos que habían ido a estudiar a España y tenían deseos de ver libre a su Patria.
Regreso de San Martín a América
Llegó a América, con 34 años de edad, en 1812. Presentó su documentación al Primer Triunvirato y ante necesidad de militares, fue designado con el grado coronel para formar a las futuras tropas que defenderían el virreinato. Ese mismo año conoció a Remedios de Escalada, con quien se casó. Luego, en Mendoza, nacería su única hija: Mercedes Tomasa.
Formación del Ejército
Creó que el Regimiento de Granaderos a Caballo. Obtuvo su primera victoria en febrero de 1813, en el Combate de San Lorenzo. Con este obtuvo un reconocimiento mayor. En septiembre 1814 llegó a Mendoza para formar un ejército capaz de cruzar a Chile y frenar el avance español hacia el territorio argentino.
El Cruce de los Andes
Un ejército disciplinado de 5423 hombres y 9280 mulas cruzaron la Cordillera, superando alturas de cuatro mil metros de altura. “Fue una proeza que raya en la esfera de lo impracticable, de lo imposible”, dijo el historiador Guillermo Furlong. La movilización inició en diferentes días, ya que debían llegar al mismo tiempo las seis columnas. El proyecto contemplaba el recorrido hacia Chile con objetivos diferentes: algunos debían liberar provincias y otros confundir al enemigo para que no atacara al grueso del ejército hasta que no estuviera instalado del otro lado. Y por supuesto una de ellas iba a liderar el ataque principal para ocupar Santiago. Era un gigantesco rompecabezas cuya pieza principal era Chacabuco, donde estaba previsto que podía desarrollarse la batalla definitiva. Los pasos fueron: Comecaballos (La Rioja), Guana y Los Patos (San Juan) y Uspallata, El Portillo y El Planchón en Mendoza.
El juego de los espías
El secreto era otro de los elementos esenciales del plan, ya que solo San Martín y unos pocos allegados sabían cuáles eran los pasos a seguir. Sigilo, astucia, rapidez, planificación y creatividad son los elementos que el Libertador ejecutó en el momento preciso gracias a su genialidad como estratega y militar. La Guerra de Zapa fue guerra de información, a fin de controlar informantes que manejaran información falsa para confundir al enemigo. San Martín parlamentó con los pueblos originarios del sur de Mendoza, los pehuenches, a fin de pedirle autorización para que cruzara el grueso del Ejército por ahí. Esto le permitió confundir al enemigo, ya que ellos trasladarían dicha información a los realistas.
San Martín envió a Álvarez Condarco a Chile con una declaración de independencia para que ser entregada a las autoridades españolas de Chile. Estos apresaron y escoltaron a Álvarez Condarco hacia la frontera, sacándolo lo más rápido posible del territorio chileno. El objetivo de la misión era ser expulsado y que de esa manera lo condujesen por el camino más rápido. Debía reconocer mentalmente el camino y al volver a Mendoza, describir la trayectoria del mismo. De este modo, elaboró un mapa con la ruta más corta entre Mendoza y Santiago por los valles cordilleranos.
Finalmente, la Batalla de Maipú consolidó la independencia de Chile y el logro de San Martín de liberar dicho territorio. El resto es historia.
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