Tal vez uno de los nombres que más ha sonado en los últimos tiempos ha sido el de Daniele De Rossi. El “romano” ─quien prefiere este apodo y no “tano” porque él es de Roma y no de Nápoli─ no solo ha conquistado el corazón de los miles de italianos que siguen a la Roma sino también el corazón de los millones de argentinos que sueñan con poder verlo en Argentina. ¿Quién es este famoso “vikingo” cuyo nombre se vio en todas las portadas de los principales diarios del mundo? Poné el mate, sentate y disfrutá de la fabulosa historia del jugador que llegó a Boca Juniors a seguir batiendo récords.
Un poco sobre la carrera de De Rossi
Daniele De Rossi nació el 24 de julio de 1983 en Roma. Es el segundo jugador de la historia de Roma con más partidos jugados detrás, claro, del gran Francesco Totti. Daniele jugó por muchos años con la Selección Italiana e incluso ganó la Copa del Mundo en el año 2006 luego de haber derrotado a Francia por penales. A lo largo de su carrera en la Roma ganó una gran cantidad de trofeos tanto grupales como individuales hasta que este año informó al mundo sobre su partida, dejando así, su casa de toda la vida. Prossima fermata: La Boca.
¿Qué caracteriza al romano?
Muchos se preguntan: ¿por qué un jugador de fútbol que juega en uno de los mejores equipos de Europa y vive una vida de ensueño vino a Argentina para jugar en Boca Juniors? Daniele responde a esto con otra pregunta: “¿y por qué no Boca?” La respuesta es corta y clara. Él vino a cumplir un sueño y no piensa que venir a Argentina es un retroceso en su carrera. Pareciera que Boca Juniors y la gran “Bombonera” están hechos a la medida de Daniele.
Pero dejemos un poco de lado el fútbol en sí y enfoquémonos en la personalidad y calidad humana. Daniele no trasciende por su correcta manera de hablar ni por su tupida barba, él llega más lejos, entre otras cosas, por su estilo dentro de la cancha. Ese estilo tan aguerrido y pasional que contagia a cualquiera que lo vea, cualquiera sea el color de camiseta. Solo hace faltar escuchar alguna nota en los medios o ver la manera en la que saluda y trata a los rivales cuando los enfrenta. En un mundo en el cual intentamos constantemente ganar o sacar ventaja a como dé lugar, De Rossi instala una nueva forma de ganar, una forma poco aclamada y considerada cobarde tal vez, pero, sin lugar a dudas, una forma que se adecua a uno de sus principios: humildad. No hay persona futbolera que no recuerde este episodio histórico que tuvo al “Romano” como figura principal.
Una anécdota para recordar
Corría el año 2006, jugaba la Roma contra el Club Messina, Daniele había convertido un gol pero le pidió al árbitro que no lo convalidara ya que ese gol había sido con la mano. Aunque el partido terminó a favor de la Roma, el humilde Messina felicitó a De Rossi por su accionar, siendo este, un buen ejemplo para el mundo. Como dice el refrán: “un gesto vale más que mil palabras”. Por este tipo de gestos es que las personas como Daniele se ganan el respeto y admiración. Eventualmente nos olvidaremos de los resultados y formaciones de los equipos. Son los gestos que pueden lograr hacer un mundo mejor los que no se olvidan jamás.
Forza e grazie mille, Daniele.
