Un rico café con medialunas suele ser el típico desayuno de los mendocinos que transitan por la ciudad. Sin embargo, a pocas cuadras de la peatonal, destaca un cartel anaranjado, el del café “Nnoli“. En la entrada, frente a las mesitas, resalta otro letrero, el de la especialidad de la casa: los cannoli. Los cannoli cada vez ganan más terreno en los desayunos y las meriendas locales. Nnoli es uno de los pioneros a la hora de ofrecer este rico postre para comer y para llevar adonde quieras. Celebrando el Día del Inmigrante Siciliano me reuní con Flavia y Dino Morábito, los dueños y creadores del café. Durante la pandemia ellos tuvieron la idea de llevar una porción de Italia a cada casa de Mendoza ¡y lo están logrando! Acompañanos a conocer su historia.
¿Qué es un cannoli y por qué es tan popular?
Los cannoli son el dulce por excelencia de Sicilia, una región que estuvo bajo el dominio de más de seis etnias. Esa multiculturalidad se refleja fielmente en la cocina siciliana. Los cannoli, cuyo nombre proviene de la palabra canna, que significa “caña”, son originarios de Caltanissetta. Tradicionalmente, la masa o pasta se enrollaba alrededor de un trozo se caña y se freía con ella. Luego, se le agregaba el relleno. Hoy, la parte exterior puede comprarse ya hecha o se enrolla en moldecitos de metal. El boom de este postre fue durante el XX cuando los inmigrantes del sur de Italia comenzaron a llegar a América. Fue tal la presencia de los cannoli que cuando se retrata a los ítalo-americanos y los ítalo-argentinos se muestra que mientras el tiramisú es el postre típico de los italianos del norte, los cannoli son fieles representantes de quienes llegaron desde Sicilia y Calabria.
Una tradición familiar que se comparte
“Nuestra familia es de origen calabrés, somos originarios de Reggio Calabria“, cuenta Dino mientras se sirve un café. “Fueron nuestros abuelos paternos quienes nunca dejaron que la italianidad se perdiera. Siempre nos contaban sobre sus historias, su lengua, ese sentir tan italiano”, agrega. “La familia de Claudia, mi mujer, es de origen siciliano y los cannoli son el postre tradicional, que siguen haciendo a la vieja usanza y que es protagonista de nuestra mesa”. Flavia, resalta la generosidad de la suegra de Dino, la nonna italiana detrás de la receta que hoy es parte de los cannoli de Nnoli. “Yo soy más una pariente política, pero ella no dudó en compartir conmigo la receta, en mostrarme las cañas, cómo iba haciendo los cannoli. Me hizo parte de esa tradición, igual que lo hubiera hecho con cualquier persona de su familia directa”.
El nacimiento de Nnoli
“Fue durante el segundo año de la pandemia, en 2021, que le fuimos dando forma a lo que hoy es Nnoli“, cuentan los hermanos Morábito. “Sabíamos que en Mendoza hay una gran comunidad de italianos. Nos dimos cuenta que los postres italianos, novedosos, pero al mismo tiempo tradicionales y familiares, podía llegar popularizarse rápidamente”, comenta Dino. “Empezamos ofreciendo los cannoli, de a poquito y cada vez más gente se fue animando a probarlos. Yo iba con la carta y les contaba la historia a los clientes. Ellos me decían, al principio con un poco de miedo, ‘dale, traeme uno’. Hoy esos mismos clientes son fanáticos.” recuerda Flavia. “Los postres dulces se asocian más a lo femenino. Sin embargo, ahora los consumen hombres y mujeres de todas las edades, dentro y fuera de la colectividad“, añade.
Los sabores, un romance familiar que quienes forman parte de Nnoli conocen a la perfección
“Los postres italianos tienen esa cosa familiar, de compartir momentos entre todos, ya sea en la cocina o en la mesa. Eso se refleja no solamente en los productos sino en el concepto que ofrecemos. Vos podés sentarte acá a comer un cannolo con un café pero también podés llevar los tubitos y los rellenos y hacerlos en tu casa“, dice Dino. “Se trata de compartir las tradiciones, pero también de disfrutar el momento y de la experiencia de comer. Eso, también tiene mucho que ver con la cocina italiana”, asegura Flavia. “Obviamente los ingredientes no van a ser los mismos que Nápoles o en Sicilia. Pero tratamos, por una cuestión de respeto y fidelidad, crear sabores muy similares. Esos que, aunque sea imaginariamente, un poco te transportan a Italia”, sentencia.
La sfogliatella, un dulce napolitano que cada vez gana más adeptos
No todo son cannoli en Nnoli. Durante los últimos meses, los hermanos Morábito siguieron experimentando para llevar al paladar mendocino otros postres con acento italiano. Así, comenzaron a vender sfogliatelle, un dulce tradicional de la cocina napolitana. La sfogliatella riccia, tal y como se la conoce, es un postre que se prepara con un hojaldre trabajado a mano. “Antes de ofrecerla al público estuvimos tres meses probando y analizando recetas, viendo que la masa estuviera bien hecha, que la presentación fuera la mejor”. ¡Y lo lograron! Mucha gente, dentro y fuera de la colectividad italiana, con tal de revivir sus viajes o recordar momentos familiares, compra asiduamente sfogliatelle. Ellos, aseguran que saben muy similares a las que comieron en Italia. Por eso, también, son fieles consumidores.
La granita siciliana, ideal para hacerle frente al calor mendocino
Cada día festivo tiene su especialidad. Si en carnaval son los cannoli, en navidad son las cartelatte pugliese, otra de las creaciones que Nnoli comenzó a ofrecer desde el pasado diciembre. Este verano, otro de los postres típicos italianos que se podía degustar en Nnoli era la tradicional granita siciliana. Un postre cuya textura es única, porque no es ni un helado ni un sorbete. Tal y como explican los mismos sicilianos, “la granita es la granita”. Sus ingredientes son tan simples como agua, azúcar, jugo de frutas, menta y jengibre. Su origen, al igual que el de los cannoli, se remonta a los árabes que vivieron en Sicilia. Ellos adaptaron el sherbet, una bebida semicongelada, a los ingredientes que la tierra italiana les ofrecía.
Nnoli en Mendoza, el lugar para quienes disfrutan del buen comer
“Ya cumplimos el primer año, que para nosotros fue muy importante y ahora vamos por más”, asegura Dino. “Tanto la propuesta como lo que ofrecemos tuvo muy buena aceptación y eso nos enorgullece. La idea es seguir por este camino. Queremos ofrecerle a la gente un lugar, más que un lugar un espacio, donde puedan disfrutar de esta experiencia y estos sabores“, sentencia. “Queremos seguir compartiendo estos sabores tan íntimos, tan tradicionales y tan familiares. Deseamos que quienes amen la comida italiana también puedan llevarlos a sus casas y hacerlos partícipes de sus mejores momentos. Tal y como ocurre con nosotros”, concluye Flavia.
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