La presencia de la comunidad friulana en Mendoza tiene una importante impronta. Charlamos con Claudio Bravín, actual referente del Centro Friulano de Mendoza, acerca de su historia y su actualidad.
Un poco de historia de la inmigración italiana
Para dimensionar la magnitud del movimiento inmigratorio, se estima que el 62% de los argentinos tienen ascendencia italiana. Los italianos llegaron a partir del 1860, pero el movimiento se extendió hasta 1970. En tanto, los primeros friulanos tocaron el suelo argentino en 1877.
El contexto sociohistórico italiano era complejo. El sentimiento nacionalista acechaba a los países europeos. En ese entonces, Italia estaba dividida en varios estados y por tanto se enfrentaron dos movimientos: los unitarios de la Giovane Italia y los federales, quienes querían imponer una federación de principados italianos. El proceso de unificación italiana se conoce como Resorgimento y dio lugar al Reino de Italia, proclamado el 17 de marzo de 1861. Sin embargo, la desorganización del nuevo Reino y sus consecuentes guerras y conflictos trajeron consigo crisis económica, corrupción, hambre, desempleo y desigualdad social. Mientras tanto, del otro lado del mundo, la Argentina vivía un periodo de esplendor económico y político: había mucho trabajo por mejores sueldos. Todas esas condiciones motivaban a miles de italianos a tomar la difícil decisión de abandonar sus tierras en busca de un mejor pasar.
La comunidad friulana en Mendoza: comienzos y nostalgia del inmigrante
En Mendoza, la colectividad italiana comenzó a reunirse en la Cristoforo Colombo. Allí, los italianos se reunían y encontraban maneras de sobrellevar la nostalgia del inmigrante a través de la música, platos típicos y bailes. Tiempo después, el gobierno de Italia empezó a interesarse por los italianos en el exterior y enviaba ayudas económicas a los entes que se ocupaban de ellos. Ese fue un poco el comienzo de las asociaciones en Mendoza, que con los años comenzaron a dividirse y por consiguiente, a abandonar la colectividad. Así, se formaron las comunidades de los friulanos, los piamonteses, los marchigianos, los vénetos, los sicilianos, los calabreses, entre tantos otros.
Claudio Bravín nos comenta que el Centro Friulano de Mendoza fue promovido por el Ente Friuli Nel Mondo, encargado de la comunidad friulana en el exterior. “Aparecen congresos, becas y más actividades que generan los de allá con el fin de aglutinar a los de acá. Fue muy fructífero para ellos y para nosotros”, añade. Poco a poco, se construye el espacio donde se llevaban a cabo todas las reuniones del Centro Friulano, ubicado en Chacras de Coria. Uno de los encargados de la construcción del mismo fue Juan Cesa, de Pordenone. Allí se hacían encuentros mensuales y llegaron a haber más de 500 socios. Los friulanos en Mendoza se juntaban a cantar, tomar vino, charlar y comer la clasiquísima polenta con pajaritos y los codeguines. Claudio nos cuenta que si bien no todos eran friulanos, participaba mucha gente ya sea por afinidad o por gusto.
El Centro Friulano hoy
Bravín nos comenta que, a su entender, el Centro Friulano fue desapareciendo con el tiempo porque no se trasmitió el sentimiento de pertenencia. A algunos les interesó más que a otros, y son ellos lo que todavía tratan de sostenerlo: hoy por hoy, Cesar Attorri y Pierangelo Odorico son parte del alma de la asociación. Actualmente, el salón en donde se llevaban a cabo las reuniones en Chacras es un lugar representativo para la comunidad friulana. Hay un gimnasio allí, lo que les permite paliar los gastos.
Claudio tiene el proyecto de sostener y ver nuevas alternativas para revivir la asociación. Lamentablemente, la pandemia trajo consecuencias negativas: se suspendieron las becas, los fondos y las ayudas. “Nuestra idea era volver a incentivar a los más jóvenes a participar y a que se manifieste esa inquietud y curiosidad, no por un viaje sino por el interés de las actividades del centro. Hay que buscar en los chicos el interés en participar y en generar algún tipo de actividad”, sostiene.
Así, buscan que los jóvenes acudan al Centro Friulano para obtener una oportunidad y, que a su vez, el Centro sea un nexo para obtenerla. Oportunidad de conocer la historia familiar, de conocer la tierra originaria, de interesarse por Italia y por la comunidad friulana.
Figuras importantes dentro de la comunidad friulana y el Centro Friulano de Mendoza
Los fundadores y figuras más representativas del Centro Friulano de Mendoza desde sus comienzos han sido, por solo nombrar algunos, Juan Cesa, Armando Sgoifo, Simón Bravín, Piero Vallin, Mario Gardonio, Antonieta Martinis, Onores, Demonte, Pellizzoni, Sciardis… Para Claudio Bravín, mencionar a los pioneros del Centro es honrar la institución porque sin su presencia y trabajo hoy no existiría la asociación.
“El deporte ha ayudado a mantener viva la relación con la región”, sostiene Bravin
El Friulano Futbol Club se fundó hace ya un tiempo, idea de 15 amigos que ayudaban y contribuían con el equipo. Con el paso del tiempo y a medida de que se iba sumando gente, se creaban nuevas categorías. Hoy, hay dos: los veteranos y la intermedia. Son aproximadamente 100 personas, no todas de origen friulano, que se sienten identificados con el equipo y muestran sus mejores condiciones, tanto deportivas como profesionales. Desde el año 80 el equipo tiene el apoyo del Udinese Calcio. Ellos les envían la camiseta blanca y negra. “El fútbol nos permitió movernos hasta hoy en día”, asegura Claudio, quien se desempeña como arquero. La difícil misión de este momento es encontrar algo que genere ese sentimiento de pertenencia e interés en los jóvenes. Hasta ahora, es el fútbol lo que ha movido a la juventud.
Comunidad friulana: algunos apellidos originarios
Claudio nos cuenta una curiosidad: muchos de los apellidos friulanos terminan en vocal más –n. Bravin, Scussolin, Nadin, Vallin, Furlan, Bressan, Visintin. Aunque no todos cumplen con esa caracteristíca: Turello, Sgoifo, Attorri, Rossi, entre otros.
Autora foto de portada: María Sol Gardonio
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