En medio del pulmón mendocino, el Parque General San Martín, se encuentra el Club Regatas. Con sus más de 100 años de historia, entre sus paredes se atesoran importantes reconocimientos deportivos. Como toda importante institución, guarda sus mitos y misterios. Hoy, el Club Regatas es una versión completamente distinta a la de hace 100 años. ¿Vamos a conocerlo?
La larga historia del Club Regatas
El Club Regatas nació hace más de 100 años, el 17 de noviembre de 1909, de la mano de su fundador, Emilio Civit. En principio, el club tenía pisos de tierra, un gimnasio, una cantina y gradas de concreto en el lugar donde hoy se ubica una de las piletas. En ese entonces, la cuota era de cinco pesos y solo había 30 socios. Además, la institución estaba bastante aislada de la urbe; los socios debían caminar desde los Portones del Parque, aproximadamente 2 kilómetros, para llegar a destino. Según el proyecto de investigación de Emilia Correa, la institución contaba con un “break” tirado por caballos, y luego, con el tiempo, con un vehículo Ford. Los huéspedes tomaban el tranvía desde distintos puntos de la ciudad y luego eran recogidos por los transportes institucionales. Hoy, el club cuenta con transporte propio, con 2 recorridos.
La expansión del Club Regatas se hace evidente a simple vista. Recién en 1928 fue cuando se incorporaron el básquet y la esgrima al itinerario deportivo. Algún tiempo después se sumaron el remo y la natación, aunque también se contaba con un gimnasio de pesas. Y este crecimiento se dio a la par de su espacio aledaño, el Parque San Martín. La institución se ha ido ampliando y por ende, se ofrecen más y más opciones. Aunque el remo siempre ha sido el protagonista, se puede elegir entre múltiples actividades, para todas las edades y gustos. Hoy, el Club Regatas cuenta con varias sedes para albergar a la gran cantidad de socios, casi 22 mil, número que se asemeja a la población de La Paz. El Torreón, Vallecitos, El Carrizal, San Rafael y la Sede Central son las ramas de la institución.
El remo, la estrella del “Lago”
Recién a partir del 1934 fue cuando el Club Regatas incorporó el remo a su vasta guía de opciones deportivas. Desde ese momento, tal deporte se convirtió no solo en algo nunca antes visto en el lago del parque mendocino, sino también en uno de los deportes que probablemente les ha traído más alegrías a los simpatizantes de Regatas. El pasado 24 de mayo se cumplieron 51 años de la hazaña más grande en la historia del remo mendocino. El “Lago” consiguió el primer campeonato argentino en el “ocho largos”, un bote con capacidad de hasta 8 remeros. A partir de allí, los pioneros del remo del momento y de las próximas generaciones, dejaron sus huellas en importantes campeonatos de gran envergadura, tanto nacionales como internacionales.
Desde hace más de 75 años, la Regata Vendimia tiene sede en el lago de nuestro Parque San Martín. El importante evento es parte del calendario de Vendimia que se palpita cada mes de marzo. Al campeonato asisten importantes figuras, como la Reina y Virreina del corriente año. Asimismo, participan remeros de todo el país y de países vecinos, tales como Chile y Perú. Sin embargo, la Regata tiene dos escenarios posibles: el Dique Potrerillos o el Lago, dependiendo del año y la fuerza mayor. Muchos turistas y mendocinos concurren a presenciar el emocionante momento. Y, como excelente anfitrión, el Club Regatas se ha quedado con el premio máximo disputado en varias regatas de Vendimia.
Los mitos y leyendas en torno al Club Regatas
Fantasmagóricas historias se cuentan sobre el Club Regatas. Y es que, como toda institución con larga trayectoria, causa curiosidad en los mendocinos. De día, los socios pasean por sus inmediaciones tranquilamente. Pero, cuando sus puertas se cierran, se dice que cosas extrañas suceden. En particular, en los camarines, ubicados en el subsuelo del club. Ruidos extraños y figuras poco convencionales aparecen a altas horas de la noche. Las duchas parecen encenderse sin el accionar humano. Pareciera que la respuesta es que Regatas alberga un pasaje al “inframundo”, donde descansan los espíritus de aquellos que perdieron la vida en las inmediaciones del Parque San Martín. Así es como lo narra el Dr. Bomur.
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