Mendoza es un oasis en el desierto, y el Parque San Martín es un pulmón en la ciudad. Es ese lugar emblemático que todo mendocino conoce. Y también es uno de los puntos turísticos más famosos y visitados por quienes se aventuran en la Ciudad de Mendoza. Es paz en medio la urbe. Un dato no menor sobre el Parque San Martín es que es el más grande de América del Sur. Los mendocinos lo amamos, y seguramente vos también lo vas a hacer. Y es por todas estas razones que conocer su historia hace que la visita sea mucho más interesante.
El Parque San Martín como consecuencia del terremoto de 1861
El terremoto del 20 de marzo de 1861 fue, de hecho, el más devastador de la historia mendocina. De magnitud 7 en la escala de Richter, desmoronó varias de las edificaciones principales de la ciudad. Para dimensionar la catástrofe del movimiento telúrico, se registraron 5000 muertes, en una población de 11.500 personas. La plaza Pedro del Castillo, el Cabildo Provincial y la Basílica San Francisco se convirtieron en escombros. Asimismo, se produjeron incendios, saqueos y caos social.
El terremoto trajo consigo problemas de todo tipo, entre ellos, pandemias por la propagación de la difteria, el cólera y el sarampión. De manera urgente, el renacimiento mendocino se puso en marcha. En 1895, Emilio Civit, en ese entonces ministro de Obras y Servicios Públicos, propuso una serie de ideas para poblar el oeste de la ciudad, evitar inundaciones a través de la forestación y combatir la crisis sanitaria. Así fue como, el 6 de noviembre de 1896 se dicta la Ley 19 como fundamento para la creación del “Parque de Oeste”, hoy Parque San Martín, una “zona de purificación”. Para tal fin, se contrató al arquitecto y paisajista francés, Carlos Thays, un profesional con gran impronta, quien asimismo diseñó el Jardín Botánico, los Bosques de Palermo, el Parque Centenario de Buenos Aires y el Parque Nacional Iguazú.
Los primeros tiempos del ex “Parque del Oeste”
Además de sus funciones originarias, la defensa aluvional y la subsanación de la crisis sanitaria, el Parque San Martín se convirtió en el lugar preferido de los mendocinos. En el parque más grande de América del Sur, se plantaron 40 mil árboles de todo el mundo y en principio se extendió por sobre más de 300 hectáreas.
Sin embargo, tal proyecto no pudo concretarse en cuestión de días. Recién en 1906 se comenzó con la obra del lago y a la par, del rosedal. Dos años después, llegaron los famosísimos portones, que fueron traídos de Escocia. Luego, en 1912, se inauguró la Fuente de los Continentes. En tanto, el estilo arquitectónico del Parque San Martín no fue consecuencia del azar: Thays pensó en el pulmón mendocino como un espacio en donde se conjugaran la arquitectura inglesa y francesa, más el nacimiento de un oasis en medio del desierto.
Los Portones del Parque, una historia especial
Carlos Thays pensaba en grande, y por tanto el ingreso al parque tenía que estar señalizado como correspondía. Siguiendo con el estilo europeo del pulmón mendocino, se adquirieron durante el gobierno de Emilio Civit los Portones del Parque, fabricados en Escocia. Lo curioso es que los monumentales portones no fueron hechos específicamente para nuestro Parque San Martín. En realidad, el Sultán Rojo de Turquía, a principios del siglo XX, encargó tal obra. Sin embargo, tras su derrocamiento, la pieza de arte escocesa quedó sin dueño, y fue así como, casi de casualidad, los compró el Gobierno de Mendoza en 1907 por el monto de 21.000 pesos.
Los Portones del Parque fueron implantados exclusivamente para jerarquizar y señalizar la entrada a la majestuosa obra paisajística y arquitectónica. Constan de tres piezas de hierro, con un águila y el escudo de Mendoza en su punto más alto. Originalmente, en su parte superior tenían los símbolos que representaban al Sultán Rojo: su corona imperial y una medialuna, símbolo del Islam. Además, sus primeros colores fueron negro y dorado, típicos del gusto inglés, aunque luego estuvieron pintados de verde por un tiempo.
¿Qué hacer en el Parque San Martín?
En el ex “Parque del Oeste” se pueden realizar un sinfín de actividades. Te contamos cuáles son los tres puntos “obligados” para conocer:
- Cerro de la Gloria
En el Cerro de la Gloria se encuentra un monumento histórico al Ejército de los Andes, fundado en 1914. Luego de subir varios escalones, se puede observar la inminente obra con detalle. Asimismo, el cerro ofrece una imperdible vista panorámica de la ciudad.
- El Teatro Griego Frank Romero Day
El anfiteatro es la casa de la Fiesta Nacional de la Vendimia, el festejo máximo de los mendocinos en que se celebra y conmemora el trabajo de los viñateros y la nueva vendimia. Lo ideal es visitarlo en marzo, mes en que se lleva a cabo la Vendimia mendocina, un espectáculo imperdible con el despliegue de cientos de artistas y magníficas decoraciones. Una curiosidad sobre el anfiteatro es que se encuentra rodeado por cerros, los cuales llevan los nombres de Cabernet, Pinot, Semillón y Vinagre.
- La Fuente de los Continentes
La Fuente de los Continentes te va hacer suspirar. Esta obra de arte inspirada en la Fuente de los Cuatro Continentes, en el jardín de Luxemburgo, está ubicada frente al Rosedal. Simboliza a los distintos continentes y es otro ejemplo del estilo ornamental europeo de la época. Sin más, te dejamos una foto para que puedas sacar tus conclusiones…
Pero esto no es todo. El lago, el Club Mendoza de Regatas, sus calles en otoño, el Parque Deportivo de Montaña, el Cerro Arco, el Estadio Malvinas Argentinas y sus extensos espacios verdes son solo algunos de los lugares que el Parque San Martín ofrece a los visitantes. ¿Conocés alguno? ¡Contanos en los comentarios!
Autor foto de portada: Mendoza desde el Aire
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