Mujeres friulanas y la enfermería: un caso emblemático en Argentina

Las mujeres friulanas fueron uno de los grupos de migrantes más importantes que tuvo Argentina. La mayor cantidad de ellas llegó durante el siglo XIX y los primeros años del siglo XX, hasta el periodo entreguerras. Venían principalmente siguiendo a familias y, en las áreas rurales, se dedicaron sobre todo a tareas domésticas, costura o confección de prendas. Estas mujeres forman un grupo emblemático porque a nivel histórico fueron las primeras que, una vez asentadas en áreas urbanas del país, comenzaron a profesionalizarse. Gracias a esto, se insertaron en el mercado laboral y también, lograron ascender en la escala social. En esta nota te contamos el recorrido que las mujeres friulanas hicieron desde que dejaron su tierra hasta que lograron su desarrollo profesional como enfermeras.

La inmigración friulana del siglo XIX

La inestabilidad laboral en Friuli fue una de las causas de la emigración de las friulanas. Por eso, a finales del siglo XIX y en los años previos a la Primera Guerra Mundial, varios contingentes emigraron a Europa. Si bien el flujo migratorio friulano era mayormente masculino, las mujeres también emigraron solas o acompañadas a diferentes destinos. Mientras que algunas fueron nodrizas y domésticas en otras ciudades de Italia, Alejandría y El Cairo, otras decidieron embarcarse hacia Argentina y Brasil. Lo poco que se sabe de las que llegaron hasta aquí es que se asentaron las colonias agrícolas de Santa Fe y Córdoba. Posteriormente, debido a la existencia de una mayor oferta laboral en las ciudades, estas mujeres se mudaron a diferentes áreas urbanas del país. Principalmente, se establecieron en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y algunas zonas de Cuyo.

El periodo entreguerras, las escuelas de enfermería y las mujeres friulanas

El acceso de la medicina para las mujeres y el fin de la Primera Guerra Mundial signaron el destino profesional de las friulanas. En este periodo, aquellas que se asentaron en los centros urbanos fueron las primeras exponentes del proceso de feminización que se dio en la enfermería. En 1912, el nuevo director del servicio sanitario de la Municipalidad de Buenos Aires Horacio Piñero reestructuró la Escuela de Enfermeros y Enfermeras. Dicha institución era dirigida por Cecilia Grierson, la primera médica del país y fue fundamental para la profesionalización de la enfermería en Argentina. La reforma de Piñero permitió que solo ingresaran alumnas mujeres, con gran vocación de servicio y dispuestas a estudiar por cortos periodos de tiempo. Posteriormente, debían hacer un año de servicio obligatorio en cualquier dependencia de la Asistencia Pública. Una vez que obtuvieran su título, podrían ejercer en cualquier parte del país.

El desarrollo de los hospitales públicos en Argentina y la presencia de las mujeres friulanas

La apertura de los hospitales argentinos a las mujeres puso al alcance de las migrantes posibilidades de empleo que hasta ese momento eran impensables. Durante la creación de los principales nosocomios del país, las friulanas aprovecharon las ventajas de dedicarse a la enfermería. La matrícula en las escuelas aumentó rápidamente. Se estima que durante la década del 20, gran parte de las aspirantes a enfermeras eran extranjeras o hijas de inmigrantes. De esas mujeres, un alto porcentaje era de procedencia italiana. Las friulanas, en algunos casos, llegaron a componer la mayor parte del cuerpo de enfermeras. Fue precisamente por eso que se convirtieron en las más requeridas en aquella época.

La situación de los hospitales en Mendoza

Para la década del 20, en Mendoza ya existían el Hospital el Carmen, el Provincial y los de General Alvear, Maipú y San Martín. Posteriormente, se inauguraron el Hospital Lencinas y el Schestakow. Además, surgieron los primeros laboratorios y centros de análisis clínicos. En noviembre de 1923 se inauguró el Instituto Pasteur, dedicado a la detección y control de las enfermedades. Un año más tarde, en 1924, se inauguró la Cantina Maternal y el dispensario de lactantes. Su objetivo era acompañar a las madres, darles pautas básicas de higiene y brindarles cuidados durante la lactancia. Allí, el rol de las enfermeras y obstetras fue crucial. El mayor alcance de la asistencia sanitaria y la implementación de medidas preventivas lograron disminuir el número de enfermos y su tiempo de internación. Además, los partos comenzaron a atenderse fuera de las casas particulares, lo que redujo tanto la mortalidad materna e infantil.

Una perspectiva, un destino, una identidad

Las enfermeras friulanas fueron muy apreciadas por el ahínco que pusieron al realizar sus tareas. Durante los años 40, los consultorios médicos de los grandes establecimientos industriales comenzaron a emplear exclusivamente a enfermeros de origen friulano. Además, muchas mujeres volvían con el título de enfermeras a las áreas rurales. Allí, las esperaban familias y al asentarse nuevamente en los pueblos mejoraban la calidad de vida de sus coterráneos. Tanto la enfermería ejercida por mujeres como las primeras familias friulanas cuyos miembros se convirtieron en profesionales se expandieron por toda la Argentina. Hoy, las enfermeras friulanas son un caso ejemplar de la movilidad social y de construcción identitaria a través de una profesión. En varios registros históricos se menciona su accionar y dedicación, un hecho que muestra el valor y la riqueza de los inmigrantes para nuestro país.
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