Se cumplen 102 años de que el Conde Camillo Negroni creó este cóctel atrevido y espirituoso, que nos remonta a la aristocrática Firenze de los años 20.
El padre del Negroni
El Conde Camillo Enrico Negroni nació en 1868 en el seno de una familia vinculada a las letras y sumamente culta. Esto le permitió, ya en su juventud, ser un hombre de mundo, viajando frecuentemente a Londres y a Estados Unidos, donde aprendió a valorar la coctelería. Tantos viajes le dieron fama de aventurero. Llegó a Norteamérica cuando tenía 29 años y allí fue vaquero, banquero, apostador… También ejerció como profesor de esgrima, profesión acorde a su título, en aquel lejano y salvaje oeste donde mandaban los rifles. Después de protagonizar una temporada nada aburrida, decidió regresar a Florencia en 1910. En sus viajes adquirió el hábito de beber diariamente un Americano, pero fue su gran paladar y espíritu excéntrico lo que lo llevó a aburrirse del mismo y buscar una alternativa más osada.
De nuevo en casa
En 1910 se instala definitivamente en su ciudad natal. Se dice que fue en 1919 que, cansado de la receta tradicional del Americano (Campari, vermouth rosso y soda) le pidió al barman Foco Scarcelli, del Café Casoni, una variante con un poco más de espíritu. El cantinero sustituyó la soda por ginebra y la rueda de limón por un trozo de naranja. Dicen los expertos que lo bautizaron como Americano Negroni y con el tiempo se conoció solo como Negroni. Elegante por donde se le mire y con un particular sabor, ha conquistado paladares a lo largo de los años.
Camillo murió relativamente joven. De su vida privada se sabe poco. Si bien no se conocen con exactitud sus amores, su nombre quedó para siempre acompañando uno de los cócteles más famosos del mundo, considerado patrimonio de Italia, el Negroni.
Popularización en el mundo
Su presencia en la historia no solo se centra en mesas o bares. El reconocido escritor Ernest Hemingway bautizó a uno de sus nueve perros en Cuba inspirado en el Negroni.
En la época de la Dolce vita, fue Audrey Hepburn otra de las impulsoras y referentes que ayudó a popularizarlo.
Mientras que el famoso director Orson Welles lo calificó, en su momento, como un perfecto ejemplo de equilibrio de sabores. Fue durante el rodaje de la película Cagliostro cuando el actor y director desarrolló un gusto especial por esta mezcla de ginebra, campari y vermut, llegando a mencionar el cóctel en una entrevista para un periódico estadounidense en la que aseguraba que el vermut era excelente para el hígado mientras que la ginebra no tanto, por lo que juntos conformaban la bebida perfecta.
Receta del Negroni, muy fácil de preparar
Ingredientes
- Ginebra: 30 ml
- Vermouth rosso: 30 ml
- Campari: 30 ml
- Rodaja de naranja
- Cubos de hielo
Preparación
- En un vaso old fashion (tipo ancho) agregar todos los ingredientes previamente fríos.
- Incluir el hielo en la preparación, y con la ayuda de una cuchara, revolver por 30 segundos.
- Decorar con una cáscara de naranja.
Attenzione!: medir las proporciones de manera incorrecta, o no mezclar bien los insumos, puede acabar por arruinar a este clásico.
En Mendoza
Si queremos disfrutar los mejores Negroni de la provincia, lo recomendable es sumergirse en bares de calidad. Como dijimos anteriormente, un negroni mal preparado puede llevar a no querer probarlo nuevamente.
Ubicado en un sótano, el Bar Pecador fue sede del Negroni Week del 2019 (evento que se repite a nivel mundial en conmemoración de los 100 años de su existencia). Otros lugares recomendados son el Faro Bistró, Bar Oculto y El Mercadito; o simplemente recorrer la calle Arístides, donde la feroz competencia no deja que la calidad disminuya de un bar a otro.
El Negroni engancha. Es fácil de beber, al redondearse en el vaso con una dilución que abre los sabores. Y tiene una salida doméstica imbatible, gracias a la facilidad de su fórmula de partes iguales con ingredientes a mano.
