La soprano Eliana Bayón aparece en el monitor de la computadora por donde nos comunicamos, ella en Bologna, quien escribe en Mendoza. Las décadas no parecen haber transcurrido desde la última vez que nos vimos, a fines de los ‘90. Antes de empezar a relatar su vida de cantante, emprendedora y trotamundos, pide “un attimo” para abrir su ventana. El brillante sol de la primavera bolognesa pinta el telón para una distendida conversación. El tiempo parece no haber pasado. Los soles, perfumes y paisajes de la bellísima capital de la Emilia-Romagna no son tan distintos a los de su San Rafael natal.
Primeros pasos
Eliana Bayón tuvo su primer acercamiento a la música cuando, muy niña y ya en Mendoza, iba con su mamá a buscar a su hermano que cantaba en el histórico Coro de Niños de la Universidad de Cuyo, dirigido por el maestro Marcelo Coltro.
Inquieta y extrovertida, Eliana exigía cantar en el Coro con su hermano, pero era solo para varones.
La profesora Ana María Caroli se cruzó en su camino y, fundación del Coro de Niñas de Mendoza mediante, Eliana Bayón empezó a cantar, a desplegar su temprana vocación que la acompañará durante toda su vida.
Más tarde vino la Escuela Superior del Magisterio y su Coro. Allí la preparadora vocal Silvia Nasiff, formadora de cantantes líricos de Cuyo, le recomendó tomar clases de canto. Reconoció en Eliana el talento. Logró su sueño de integrar el Coro Universitario de Mendoza, que dirigía el maestro Felipe Vallesi. A los pocos meses ya intervenía como solista. Terminó su secundario y decidió estudiar licenciatura en canto.
¡Al Colón!
Por esos días, en Buenos Aires se anunciaron audiciones para la comedia musical El Jorobado de París, de Pepito Cibrián. Viajó a postularse, superó las instancias de la maratónica selección, y se ganó su lugar para actuar y cantar en un espectáculo musical de alto vuelo.
Luego de una ajetreada temporada, sintió que debía retornar al bel canto. Las agotadoras giras y presentaciones con Cibrián conspiraban contra su sueño. Cambió la comedia musical por el Instituto del teatro Colón. Ya asentada en el elenco del magno teatro, conjugó el perfeccionamiento con las actuaciones y su carrera cobró un relieve prometedor. Fueron también los tiempos de casamiento con el pianista y director de orquesta cordobés, Andrés Juncos.
Eliana Bayón cruza el Atlántico
La crisis de 2001 también afectó a la ópera. Varios meses de trabajo y actuaciones sin cobrar un solo peso y un contrato en la Ópera de París, inclinaron la balanza. Madrid la recibió con trabajo inmediato. Pero su talento innato y tremenda iniciativa confluyeron para que encontrara el sitio que buscaba para afianzar su carrera.
Eliana ya se sentía ciudadana del mundo. Independientemente del lugar “oficial” de residencia, una carrera de cantante lírica en Europa no permite arraigos. Una nueva escala fue Viena: “Vivíamos a una cuadra de la casa de Schubert, escuchamos en la plaza el canto de los pájaros que Beethoven plasmó en su sinfonía Pastoral, la clínica de Freud estaba a 15 cuadras”.
España e Italia
En todo ese tiempo interpretó importantes roles de soprano en infinidad de óperas, dirigida por encumbradísimos directores en los teatros más renombrados de Europa y América. Algunos hitos en su carrera fueron trascendentes. En Madrid la ópera Gianni Schicchi, de Puccini, con la régie del cineasta Woody Allen. Inolvidables clases con la inmensa soprano italiana Renata Scotto, en una isla frente a Nápoles.
Pero encontró su hogar en Italia: “A Bologna mi fermo”, asegura Eliana Bayón. “Acá me siento como en Mendoza. Siento estar en un lugar donde quiero quedarme. La gente es abierta, súper amable, sonríe. El día que llegamos, los nuevos vecinos, sin conocernos, nos invitaron a su casa a compartir un vino y darnos la bienvenida”.
Cuarentena y cambios
Desde hacía ya varios años venía delineando un proyecto de enseñanza online que la pandemia le dio el tiempo para terminar de conformar. Hizo infinidad de cursos de tecnologías de comunicación y marketing digital que dieran sustento a su idea.
“Lo que yo estoy haciendo a nivel educativo, es lo que hubiera querido que hicieran conmigo cuando estudié”, explica y rescata y reconoce la riqueza que obtuvo de sus maestros de canto.
“Tu dosis de bel canto” es una comunidad virtual para cantantes líricos que crece bajo su guía y conducción especializada. Una segunda instancia agrega programas especiales que se estructuran en los ejes de clases individuales, sesiones de coaching y reuniones grupales. La búsqueda es siempre la integralidad aplicada al estudio del canto, con herramientas actuales y nuevas formas de vincularse.
La post pandemia para Eliana Bayón
Eliana Bayón transcurre el -suponemos- final de la pandemia en Bologna, con nuevos bríos por su proyecto y un libro que termina de escribir.
Habiendo recorrido el mundo entero, de momento la fascinante Emilia-Romagna la retiene más de lo que hubiera imaginado. “Me gusta vivir en un lugar con un sol como el de Mendoza. Aunque extrañe a mi gente, amigos de hace 30 años”. Pero, asegura, “A la vida hay que ir a buscarla, salir de la zona de confort todo el tiempo, si no quieres vivir quejándote”.
Brava!
Bravissima!