La bodega Filippini fue una de las más importantes en la Mendoza de principios de siglo. Estaba ubicada en el distrito de Las Tortugas, en Godoy Cruz, y contaba no solamente con una planta elaboradora de vino sino también con una champañera. En los últimos años, parte del espacio que ocupaba se demolió. Sus galpones restantes siguen en pie y son un testimonio del arte urbano de Godoy Cruz. El predio, que fue uno de los más grandes de la zona ya que no solamente albergaba vides sino también otros frutales, lentamente se fue deteriorando y dio lugar a la construcción de nuevas viviendas. Sin embargo, en la memoria de los habitantes del lugar, el recuerdo del esplendor de la bodega Filippini aún está presente. En esta nota te contamos su historia, la de sus fundadores y la del barrio en la que todavía hoy es recordada.
Una tradición familiar desde Italia a Argentina
Luigi Filippini llegó a Mendoza proveniente desde Balbano, un pueblo de Toscana, en 1888. Por aquel entonces, la perspectiva de instalarse en la provincia y tener su propio viñedo era más que prometedora. Después de dedicarse algunos años a trabajos menores, en 1901 inauguró su propia bodega y champañera. Similarmente a varios de sus compatriotas, Filippini encontró un método único para elaborar su vino en la provincia, algo que le dio carácter e identidad singulares. Su hijo Andrés fue quien llevó las riendas de la bodega durante varias décadas del siglo XX. Posteriormente, uno de sus nietos, Andrés Antonietti Filippini, continuaría con la tradición familiar pero ya en otros emprendimientos de su familia paterna cuyos miembros provenientes del Véneto ya habían trabajado para Giol y Gargantini.
Andrés Filippini y los primeros pasos para una asociación de bodegueros en Mendoza
Para finales de la década del 20, la industria vitivinícola atravesaba una de sus peores crisis. Fue en ese contexto que surgió el Centro de Bodegueros de Mendoza. Desde este espacio, los empresarios vitivinícolas se dedicaron a pensar y diseñar políticas públicas que contribuyeran al desarrollo y el sostenimiento de la economía del sector. Durante esos años, además, se debatió y sancionó la Ley General de Vinos, que fue aprobada en 1938. Entre los miembros del Centro de Bodegueros había extranjeros pero también hijos y nietos de los pioneros del vino en la provincia. Apellidos como Toso, Giannini, Calise, Reina Rutini y Furlotti, entre otros, eran parte de la asociación. El nombre de Andrés Filippini fue uno de los más relevantes ya que aparte de ser socio y fundador lo presidió cuatro veces, más que cualquier otro de los integrantes.
De el “Passito del Santo” al borgoña, las especialidades de la bodega Filippini
Durante sus años de vida, la bodega elaboró diferentes variedades de vino. Uno de los más conocidos fue el “Passito del Santo”, al igual que el Gran Filippini en sus variedades rosada y tinta. Las grappas “Coihué” y “Traguito” también se promocionaron con novedosos slogans. Entre los vinos de postre producidos por la bodega estaba el Oporto Don Andrés y los botellones familiares de dos litros. Además, se exportaba vino blanco Chablis con la marca “Chateau San Rafael” mientras que para el mercado interno se comercializaban “Selecto Chablis” y “Viña del Cerro”. Para cuando comenzó la década del 70, estaba de moda el borgoña y los Filippini fueron parte de esa tendencia al crear uno llamado “Cepas del Valle”. En lo que al champán respecta, durante esos años, la bodega llegó a producir 300.000 botellas anuales.
El fin de una era, el cierre de la bodega Filippini
La muerte de Andrés y Luigi Filippini, dos de las figuras cruciales de la bodega, ocurrió durante 1960. Para fines de la década del 70 la bodega ya había entrado en una quiebra irremontable. El estado de abandono del predio fue tal que en 2012 el municipio de Godoy Cruz tiró abajo la construcción que ocupaba la champañera. Por los barrios aledaños, varios espacios homenajean a los Filippini. La calle Luis Filippini es una de las principales arterias del distrito, la plaza más grande se llama Monte Balbano, en honor al pueblo de donde era oriunda la familia, y el polideportivo próximo a la bodega se llama Julián Filippini.
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