Desde pequeños aprendemos que el 25 de Mayo es una fecha importante para todos los habitantes de Argentina. En la escuela, bailamos folclore y nos vestimos de paisanas y guachos. En las calles, podemos observar carteles que venden locro o que ofrecen ofertas especiales de empandas. Sin embargo, si nos detenemos a pensar un momento y reflexionamos sobre esta festividad, ¿conocemos verdaderamente su relevancia?
itMendoza aprovechó la conmemoración para hablar con el profesor de Historia Fernando Rosenstein, quien nos explicó por qué esta fecha fue una revolución de ideas. Además, nos contó el papel esencial que desempeñó Mendoza en este hito revolucionario.
¿Por qué una revolución de ideas?
El 17 de mayo de 1810 se confirma, en el Virreinato de Río de la Plata, la noticia de que el rey Fernando VII ha sido tomado prisionero por Napoleón Bonaparte. Los ánimos de los criollos se agitan. Esta es la oportunidad perfecta para buscar la libertad tan anhelada por los americanos sometidos a las reglas del Imperio Español.
Desde el día 18 hasta el memorable 25 de mayo, los acontecimientos irán cambiando rápidamente de un momento a otro. El Virrey Cisneros intentará calmar el espíritu revolucionario de los criollos pero los mismos no se dejarán convencer con vanas promesas de un cabildo abierto. Finalmente, el día 25 quedará conformado el Primer Gobierno Patrio, señal de que el incipiente pueblo argentino lucharía por su libertad.
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El docente Fernando Roseinstein nos recalca sobre estos hechos: “Esa semana de mayo es fundamental y no solo para nosotros, sino también para el mundo. El 25 de mayo constituyó una revolución de ideas. Los intelectuales del momento tomaron los principios de la Revolución Francesa y los trasladaron a América, donde las condiciones eran totalmente distintas a las europeas. Recordemos que acá existía una sociedad de castas. De esta forma, la libertad, la igualdad y la fraternidad empezaron a buscarse para todas las personas. Luego, estas nuevas ideas repercutieron en América Latina. De hecho, por ello la mayoría de las banderas del continente imitan a la de Argentina”.
Además, otro dato curioso es que “la revolución también incluyó a las mujeres. Por ejemplo, Mariquita Sánchez de Thompson le hizo un juicio a sus padres para salvarse de un matrimonio arreglado. Eso fue muy llamativo para la época”.
El papel fundamental de Mendoza
Como ya sabemos, la Revolución de Mayo se gestó en un primer momento en la ciudad Buenos Aires. Allí funcionaba el puerto y por ello, el principal movimiento de entradas y salidas tanto de personas como de objetos se producía en aquel punto. Por otro lado, como nos señala Fernando: “La región de Cuyo, en general, siempre estuvo bastante aislada, ya que su fundación vino de Chile”.
Aun así, ante la fuerza de la Revolución, nuestra provincia no permaneció inmutable. Por el contrario, “Mendoza va a ser una aliada total de Buenos Aires. Cuando llegan las noticias del cabildo a nuestra provincia, esta vota a favor de la revolución”, nos explica el docente. Dicha actitud de apoyo no es un detalle intrascendente, ya que “en ese momento, Mendoza dependía de Córdoba, la cual estaba en contra de las sublevación. Por lo que, la postura tomada por nuestra provincia implicó una rivalidad con las autoridades cordobesas”. A pesar de ello, la ciudad andina aportó todo lo necesario para que esta lucha siguiera adelante.
Tener siempre presente dicha revolución de ideas
Dicho todo esto, entonces, ¿por qué es importante recordar lo acontecido el 25 de mayo de 1810? Más allá del cambio que implicó este evento en los hechos pasados, ¿por qué traer al presente lo ocurrido? Fernando nos da una clara respuesta: “No se trata solo de revivir los hechos que pasaron, sino de sentir viva esta fecha todo el tiempo. Debemos tener siempre presente la lucha por la igualdad, la libertad y, principalmente, la fraternidad. En el momento en que dejemos de hacerlo, ese proyecto de país latinoamericano, comenzado por los ilustrados, deja de tener sentido. Además, estos valores tienen que buscarse no solo para nuestro país, sino también para el mundo”.
Por ello, el 25 de Mayo además de recuperar y afianzar nuestras tradiciones argentinas, también es una invitación a que reflexionemos sobre la importancia de ser libres, de luchar por la igualdad y de cultivar la fraternidad.
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