El vermú Cinzano, además de ser es el más antiguo del mundo, es uno de los aperitivos más populares en Argentina, especialmente entre los inmigrantes italianos y sus descendientes. Se comercializa en el país desde finales de siglo XIX, pero su historia se remonta a mediados de siglo XVIII. Fue en 1757 cuando dos hermanos de Turín, Piamonte, al norte de Italia, crearon la marca Cinzano. Sin embargo, su elaboración, producto de una receta familiar que se transmitió de generación en generación, comenzó alrededor de 1568. Actualmente, los argentinos son los mayores consumidores de vermú Cinzano en el mundo, seguidos por los rusos y los mismos italianos. En esta nota te contamos sobre la historia de esta bebida, desde su creación hasta nuestros días.
El nacimiento del vermú Cinzano, la idea de dos hermanos piamonteses
Fue durante el verano de 1757, más precisamente el 6 de junio, que Giovanni Giacomo y Carlo Stefano Cinzano comenzaron a producir su exclusivo vermú rojo bajo la marca Cinzano. En ese momento, los aperitivos estaban en auge en el Piamonte y el Cinzano se convirtió en una de las bebidas más afamadas. Su éxito fue tal que la mismísima casa de Saboya le otorgó una licencia oficial de la Corte en 1786. Sin embargo, su historia comienza casi dos siglos antes. Según documentos oficiales, un antepasado de los Cinzano fue el creador de la receta original y quien comenzó vendiendo el vermú casero a partir de 1568. Es en esa tradición familiar que está sustentado el éxito de este vermú. Sus 200 años de historia ya para 1757 lo convirtieron en una bebida cuidada y planificada hasta en el más mínimo detalle de su elaboración.
La llegada del Cinzano a Argentina
Para 1860, Giovanni y Carlo, además de producir vermú rojo, también elaboraban vermú blanco y vino espumante. Su producción se distribuía en Italia, pero a partir de 1890, con el auge de las migraciones de de los italianos a otros países, comenzó a comercializarse en América. Para lograr que la marca fuese tan popular en el exterior como en Italia, los Cinzano invirtieron cuantiosas sumas de dinero en publicidades radiales y gráficas. Gracias a ellas, así como también a la influencia del boca en boca entre los recién llegados al país, a comienzos del siglo XX, el vermú Cinzano ya era uno de los más populares en Argentina. La expansión de su consumo fue tal que se necesitó una planta que únicamente produjera los vinos de base para el vermú. Así, en 1923, la familia Cinzano compró una bodega en San Juan.
El auge del vermú cinzano en las mesas locales
El vermú Cinzano, junto con el Americano Gancia, también de origen piamontés, fueron los dos aperitivos de moda durante los 60 y los 70. Las publicidades de ambas marcas siguen aún en el inconsciente colectivo de muchos argentinos. Cualquiera que haya vivido durante esos años recuerda el jingle de Cinzano que tenía a Rita Pavone como protagonista. El pegadizo “Cin Cin Cinzoda” caló hondo en la memoria de muchos. En Argentina, mientras tanto, diferentes figuras del espectáculo local también publicitaban estas bebidas. Los actores Arturo Maly y Oscar Martínez fueron partícipes de los spots publicitarios de Cinzano, pero el más recordado es aquel protagonizado por Alberto Olmedo. La televisión mendocina que hacía pocos años había iniciado sus transmisiones, lo reproducía por los canales 9 y 7. También había jingles en la radio.
La vuelta al vermú, los Mundiales y el sodelier
70% Cinzano 30% de soda y tres hielos es la receta básica, esa que todos nuestros abuelos conocen a la perfección. Si bien nunca dejó de ser parte de las mesas y sobremesas de los argentinos, dos acontecimientos de los últimos tres años produjeron un boom en su consumo, especialmente en Mendoza, Córdoba y Buenos Aires. El primero de ellos fue su vuelta masiva a los bares a partir del último Mundial de Fútbol. El segundo, el nacimiento de la figura del sodelier. Desde 2019, en diferentes eventos los sodeliers enseñan a catar distintos tipos de soda y el aperitivo que acompaña esas catas es el vermú Cinzano. Por eso, la “vuelta al vermú” ya es todo un hecho en Argentina.
¡Muy interesante!
Que linda nota!! 🙂