El invierno siempre invita a deleitarse con deliciosas recetas que nos llevarían varias nevadas probarlas y muchos veranos adelgazarlas. Una de ellas es el Vin Brulé o, simplemente, vino caliente con especias y cítricos. Esta dulce bebida es característica de los Alpes y es conocida por sus propiedades medicinales. A continuación, presentamos los pasos para preparar el clásico vin brulé piamontés.
Receta clásica piemontesa
Existe una gran diversidad de recetas que varían el tipo de vino, especias, frutas, miel o azúcar. La que nosotros sugerimos es la típica piemontesa o francesa, de seis porciones. Primero debemos colocar en una olla a fuego lento un litro y medio de vino rosso, que puede ser Malbec, Cabernet Sauvignon, Lambrusco u otro tinto fuerte. Luego le agregamos 200 gramos de miel, anís estrellado, clavo de olor, jengibre, cardamomo, canela en rama y nuez moscada. A continuación agregamos las cáscaras de dos naranjas y un limón (sin la parte blanca) y una manzana en cuatro trozos. Cocinamos durante una hora aproximadamente, hasta que la manzana esté tierna. Finalmente dejamos enfriar, lo colamos, embotellamos y ¡a disfrutar! Nuestro vin brulé ya está listo, ¡no dejes que se enfríe!
Para aquellas personas que prefieren sabores más frutados, pueden añadirle pasas de uva y ciruelas.
Esta bebidas ideal para los días fríos, y más aún si se acompaña con castañas asadas. De este modo, podemos viajar con el paladar a los Alpes de nuestros abuelos.
Tal ha sido el éxito de esta delicia que algunos propusieron algunas innovaciones, como prepararla con brandy o con vodka. Los alemanes le llaman Glühwein (vino brillante) y a veces tiene una base de vino blanco. En cambio, los irlandeses la preparan con whisky. Y en los Estados Unidos, con Bourbon.
Propiedades del vin brulé
Desde hace tiempo, sus defensores le atribuyen propiedades terapéuticas y es recomendada para tratar gripes y malas digestiones. Además, retrasa la formación de las arrugas, facilita la exfoliación de la piel y estimula la renovación celular, dando luminosidad a la piel. También es muy buena para los dolores musculares. Puesto que el alcohol se evapora, es una bebida apta para menores de edad.
Orígenes del vin brulé
El origen del vin brulé piamontés se funda en las usanzas que eran parte de la vida en las abadías. De esta forma terminó siendo una bebida típica de la zona alpina. Sin embargo, ya los griegos y los romanos llamaban Hipocrás al vino mejorado con frutas y especias, el cual creían que tenía poderes curativos.
Según Paul Lacroix, autor del célebre tratado Usos y Costumbres de la Edad Media y El Renacimiento, el hipocrás “desempeñó un rol tan importante en las novelas de caballería, que llegó a convertirse en una verdadera bebida de honor con la que se obsequiaba a los reyes, los príncipes y los grandes señores en la puerta de las ciudades”.
¡No dejes preparar esta dulce receta para compartir en familia!