Arquitectos e ingenieros italianos, su huella en Mendoza

Mendoza tiene en su diseño, planeamiento y edificación muchos rastros de la italianidad. Tras el sismo de 1861, la provincia tuvo que modificar arquitectura y diseño urbano. La nueva ciudad se reconstruyó a un kilómetro al sudoeste de donde estaba la anterior. En ese contexto, los arquitectos e ingenieros italianos jugaron un rol crucial. Gracias a todos ellos, la nueva ciudad de Mendoza tiene hoy marcado estilo italiano. Nombres como los de los arquitectos e ingenieros italianos Luis Cipolletti, Víctor Barabino, Nicolás de Rossetti, Romualdo Gobbi o Lino Martinelli están relacionados con importantes obras locales. Algunas de esas construcciones siguen en pie están en las principales avenidas de la ciudad. Muchas de ellas, además, se consideran patrimonio histórico de la provincia.

El aluvión migratorio y los cambios en Mendoza

Según consta en “Los Italianos en la Construcción de Mendoza después del Terremoto de 1861” de Eliana Bormida, Ana Villalobos y Laura Ellena, los cambios que se dieron en el planeamiento urbano de la ciudad fueron el caldo de cultivo perfecto para que unos años después miles de italianos se asentaran en Mendoza. Ese artículo recoge que Humberto de Savoia al llegar a la provincia recogió datos de vital importancia sobre la presencia de los italianos en Mendoza. Para 1924, los 32.600 italianos que poblaban la provincia estaban en los campos, donde aumentó la plantación de viñas de 4.700 a 76.290 hectáreas en 37 años. Por aquel entonces, además, se elaboraban más de 8.000.000 de Hectolitros de vino.

Arquitectos e ingenieros italianos, su participación en la urbanización de Mendoza

La presencia de los arquitectos italianos y otros cuyos oficios estaban ligados a la construcción también marcó el área urbana de Mendoza. Allí llegaron ingenieros civiles y arquitectos, agrimensores y topógrafos, entre otros. Muchos de ellos habían llegado para colaborar con la puesta en marcha de las líneas de ferrocarriles. Entre San Martín y Junín, la estación Ingeniero Giagnoni homenajea a Cristóbal Giagnoni, un ingeniero que contribuyó en la construcción del Ferrocarril Gran Oeste Argentino. A Mauro Herlitzka, se le debe la formación de la Compañía Andina de Electricidad así como también la llegada del servicio telefónico a la provincia.

La cárcel de Mendoza

El primer proyecto de la cárcel de Mendoza se le encomendó al ingeniero italiano Nicolás De Rossetti en 1895. De Rossetti, ya contaba con vasta experiencia en la realización de puentes y construcciones ferroviarias en otros países. Al llegar a Mendoza fue designado Jefe de la delegación local del Departamento de Obras Públicas de la Nación. Desde este rol diseñó entre 1889 y 1890 algunos puentes sobre diferentes ríos y arroyos de Mendoza. Fue un patrón común en las cárceles de aquella época el de adoptar un lenguaje formal romántico-historicista. Esta estética les daba a los edificios carcelarios aspecto de una fortaleza cerrada e invulnerable, con una impronta medieval. Cárceles que siguieron esa misma estructura fueron las de Córdoba y Salta, cuya forma era similar a la de una estrella.

Alfredo Nenciolini, el autor de varias obras para la colectividad italiana en Mendoza

El libro Arquitectos en Mendoza: biografías, trayectorias profesionales y obras 1900-1960, de Cecilia Rafa, cuenta que el italiano Alfredo Nenciolini, llegó a Mendoza en 1907 tras su paso por Uruguay y Buenos Aires. Aquí, abrió un atelier y fundó la Academia de Dibujo y Pintura San Buenaventura. En 1913, colectividad italiana le encargó la construcción de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, hoy Museo Cristoforo Colombo. También, quedó a su cargo la construcción del Palazzo D´Italia, una obra que iba a ubicarse frente a la plaza San Martín. En San Rafael, como director de Obras Públicas, construyó el Cine Marconi y el Palacio Municipal. Además del arte y la arquitectura su otra gran pasión fue la docencia, por eso, entre 1938 y 1947 fue profesor ad honorem en la Universidad Popular.

Víctor Barabino, el italiano detrás de la construcción de la mansión Stoppel

En 1910, Victor Barabino fue el encargado de construir la mansión Stoppel, residencia del entonces cónsul de Chile en Mendoza, Luis Stoppel. La obra, que quedó inaugurada en 1912, fue uno de los edificios más modernos en materia antisísmica. Su estructura de hormigón armado le dio, por aquel entonces, la estabilidad necesaria para resistir varios movimientos telúricos. Tras la muerte de Stoppel, la casa albergó al Patronato de Menores. Sin embargo, en 1977, el terremoto de Caucete, en San Juan, la dejó inhabitable hasta su restauración y puesta en valor. Hoy la mansión Stoppel es el Museo Carlos Alonso, un lugar que reúne gran parte de la obra del ilustrador mendocino y otros artistas locales. Alonso tiene una colección entera de dibujos dedicados exclusivamente a la Divina Comedia de Dante Aligheri.

Lino Martinelli, uno de los arquitectos más prolíficos de Mendoza

Lino Martinelli nació en 1911 en la región de Como y llegó a Mendoza junto a sus padres unos años después, en 1920. En 1936 se recibió de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires y desde el momento en que volvió a Mendoza trabajó incansablemente. Se estima que este arquitecto, cuya matrícula profesional fue la 0001 del Colegio de Arquitectos de Mendoza, realizó en la provincia alrededor de 250 obras. Entre ellas se cuentan diferentes sucursales del Banco Mendoza, la casa central del Banco Regional de Cuyo, el Hospital Italiano y el hotel Balbi. Además se encargó del proyecto de la Sociedad Israelita, la Iglesia de los Josefinos de Murialdo y el edificio Tubert sobre las calles Chile y Godoy Cruz. Algunas familias, como los Toso y los Bombal, también le encomendaron la construcción de sus viviendas.

Autor imagen de portada: “Downtown Mendoza” por longhorndave