Conventillos y casas de vecindad, el rastro de una Mendoza migrante

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Conventillos y casas de vecindad, el rastro de una Mendoza migrante

Conventillos - Casa De Vecindad

Hoy en día las avenidas próximas a la antigua estación de trenes están repletas de cervecerías, bares y restaurantes. En algunas de ellas, también proliferaron los hoteles y las residencias estudiantiles. Sin embargo, no siempre el paisaje que hoy forma parte de la quinta y sexta sección de Mendoza fue así. Entre finales de siglo XIX y principios del XX, sobre las avenidas Belgrano, Las Heras y principalmente Juan B. Justo, surgieron los primeros conventillos de la provincia. Los conventillos eran una de las viviendas más comunes en las que viajeros y familias de migrantes se alojaban. Algunos de sus inquilinos estaban de paso para Chile mientras que otros deliberadamente se quedaban allí aprovechando su cercanía con la estación o los mercados.

Conventillos Estacion Ferrocarril
La estación de Ferrocarril, ubicada en la intersección de las avenidas Las Heras, Perú, Belgrano y Juan B. Justo. (1885)
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=45541942

¿Por qué surgieron los conventillos en Mendoza?

A finales de siglo XIX Argentina experimentó un gran proceso de modernización comercial, agronómica, social y de infraestructura. El ferrocarril era el medio de transporte más utilizado tanto para movilizar mercancías como pasajeros. Los inmigrantes europeos y asiáticos llegaban al país por todos los puertos y a todas las estaciones. Este constante flujo de gente desencadenó que Mendoza comenzara a urbanizarse a pasos agigantados, pero el principal problema era el de el alojamiento. Los inmigrantes que llegaban a la provincia, especialmente las familias numerosas, no tenían un espacio donde habitar cómodamente. Por eso, surgieron los conventillos como una solución para aquellos que por falta de dinero todavía no podían alquilar o a comprar una vivienda propia.

La vida en el conventillo

En los conventillos vivían al menos dos familias y a cada una de ellas les correspondía una habitación. Dichas habitaciones no tenían más de 20 o 25 metros cuadrados y eran ocupadas por, promedio, cinco personas. Algunas veces, los inquilinos podían pagar una tarifa más alta si querían tener un baño privado, pero la mayoría de las veces, el uso del sanitario y las duchas era compartido por todo el inquilinato. Es por esa misma razón que los conventillos eran considerados uno de los principales focos de infección de enfermedades. Como eran casas de adobe con poco mantenimiento, solía haber insectos escondidos entre las paredes. También, el uso de los patios como lugares para actividades laborales, domésticas o de ocio generaba hacinamiento y falta de higiene. Sin embargo, para muchos inmigrantes, los conventillos fueron un espacio de socialización, el primero tras llegar a una tierra distinta a la suya.

Conventillos - Casa Vecindad
La casa de vecindad de Juan B. Justo al 100.
Ccarosio, CC BY-SA 3.0 creativecommons.org, via Wikimedia Commons

Los conventillos mendocinos, de la ciudad a los departamentos

Según el Informe Coni, un censo sanitario elaborado por Emilio Coni y publicado en 1897, en Mendoza existían alrededor de 250 conventillos e inquilinatos. Las calles con mayor número eran las próximas a las inmediaciones del ferrocarril, especialmente Perú y Belgrano. Solo en esta última había más de 50. Otra de las zonas donde la gente se instalaba era el lado este de la ciudad, cerca de las calles Ituzaingó, Montecaseros y Salta. En la avenida San Martín, el total de conventillos era de 80. Con base en el informe Coni, en 1902 se sancionó el Primer Reglamento General de Construcciones. Dicha normativa les exigía a los propietarios de los inquilinatos ciertas normas de higiene y seguridad para que siguieran funcionando como tales. Quienes no podían cumplirlas decidieron cerrar o mudarse. Por eso, varios conventillos se trasladaron a Guaymallén y Las Heras.

Las casas de vecindad y las casas chorizo, la alternativa al conventillo

En la avenida Juan B. Justo estaba el Hotel de Inmigrantes. Unas cuadras más adelante se conserva la única casa de vecindad que queda en la ciudad. Allí, los inquilinos vivían en habitaciones que estaban separadas entre sí y que solo tenían un acceso común a través del patio. Los servicios en ellas, podían ser comunes o no. Las casas de vecindad eran una mejor opción para los migrantes porque las condiciones de higiene eran mejores, aunque los alquileres fueran más elevados. También, a principios de siglo surgieron las casas chorizo o en hilera. Estas construcciones se crearon distintos sectores residenciales de la provincia permitieron que los inmigrantes tuvieran una vivienda más digna. Muchas de ellas, así como la mayoría de las construcciones del área metropolitana tuvieron en su arquitectura una mezcla de la tradición criolla con el aporte de los primeros italianos llegados después del sismo de 1861.

Créditos imagen de portada: Ccarosio, CC BY-SA 3.0 creativecommons, via Wikimedia Commons

Conventillos y casas de vecindad, el rastro de una Mendoza migrante ultima modifica: 2021-09-30T00:52:00-03:00 da Victoria Bibiloni Abbona

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Julieta B. Mollo

¡Qué interesante!

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