Se podría decir que las Ruinas de San Francisco, también conocidas como las Ruinas Jesuíticas de San Francisco, han visto a Mendoza nacer y crecer, incluso hasta el día de hoy. Dos terremotos, el traspase de Jesuitas a Franciscanos y numerosas reformas forman parte del prontuario de este emblemático lugar. ¡Conozcamos un poco más!
Los orígenes
Las Ruinas de San Francisco se encuentran en el Área Fundacional de la provincia de Mendoza. Fueron construidas entre los años 1716 y 1731 por los jesuitas, quienes llegaron a la provincia a principios de 1600. Sin embargo, la primera iglesia inaugurada por esta orden religiosa apareció en el 1645, pero resultó gravemente afectada por un aluvión. En tanto, el segundo edificio fundado, las actuales Ruinas Jesuiticas, surgieron como consecuencia de aquel fatídico evento. Hoy por hoy llevan el nombre de San Francisco ya que, en 1767, la orden franciscana se hizo de este lugar en el contexto de la expulsión de la Compañía de Jesús de Hispanoamérica. Recién en 1941 el lugar fue declarado Monumento Histórico Nacional.
El terremoto de 1861
El terremoto de 1861 fue quizá el evento más lamentable de toda la historia mendocina. Dejó un saldo de 5000 muertos, un poco menos de la mitad de la población en ese entonces. Además, se produjeron incendios, saqueos y brotes de virus dada la terrible situación. Aparte de las pérdidas humanas, se produjeron pérdidas materiales importantísimas: un ejemplo de ello fue la Iglesia de San Francisco. El terremoto derribó gran parte de sus cimientos y enterró a uno de los testimonios vivos de la impronta mendocina. De entre sus escombros se rescataron importantes objetos históricos: la imagen de la Virgen del Carmen de Cuyo, el bastón de mando de San Martín y la Bandera del Ejército de los Andes.
Increíblemente, las Ruinas de San Francisco sufrieron los trágicos efectos de dos terremotos: el de 1861 y el de 1782. El primero de ellos ya había causado importantes daños en el lugar.
Las refacciones y la puesta en valor de las Ruinas de San Francisco
Hacia 1900, en el contexto de progreso y esplendor económico, se decidió refaccionar este sitio. El fin no era ocultar el lugar, sino convertirlo en un paseo, en un sitio para ser recorrido y visitado. Los primeros arreglos fueron una innovación, al menos en la Argentina porque no había precedentes de puestas en valor similares de sitios históricos. Un poco influyó Europa: si varias ciudades europeas tenían pintorescas y genuinas ruinas, ¿por qué Mendoza no?
En principio, las Ruinas de San Francisco ocupaban una manzana entera: hoy por hoy ocupan menos de un cuarto. Como primera acción, se limpiaron los escombros y se procuró mantener algunos bloques de mampostería caída para acentuar lo único del derrumbe. Con distintas técnicas, se logró sostener lo poco que quedó. Se plantaron enredaderas y árboles para cambiar la imagen. Gracias a estos cambios, hoy se pueden visitar las Ruinas de San Francisco que se componen de varias columnas de 15 metros de altura, una escalera de 19 peldaños, pilares de bóveda y más restos por apreciar.
Visitar las Ruinas de San Francisco hoy
La Municipalidad de la Ciudad ofrece visitas guiadas y abre las puertas de las Ruinas a la comunidad. Las Ruinas de San Francisco se pueden visitar de martes a sábado, de 9 a 19, y los domingos, de 13 a 19. El precio de la entrada es de $50 para contingentes, $60 para estudiantes y $120 para público general.
Autor foto de portada: Área Fundacional de Mendoza
