Extranjeros en Mendoza: ¿qué es lo que más les llamó la atención?

Año tras año la provincia de Mendoza recibe extranjeros de todas partes del mundo. Ya sea por turismo o por estudios, algunos se quedan durante meses, mientras que para otros termina siendo un lugar donde asentarse. Siempre que uno llega a un nuevo lugar queda cautivado por diferentes aspectos de la sociedad, la arquitectura o la gastronomía. Quizá para nosotros, que vivimos aquí, dichos aspectos están tan internalizados que apenas los percibimos, pero a quienes no son mendocinos les llaman la atención. Por eso, hoy recogemos el testimonio de varios extranjeros que viven en Mendoza y te contamos qué fue lo que más les sorprendió cuando llegaron a la provincia.

Mendoza, donde nunca llueve

“Llegué a Mendoza en agosto de 2007, mi hermano me había dicho lo bella que era”, cuenta Leslie, una galesa de 40 años. “Brian, mi hermano, me había dicho que el clima era un poco seco, pero no le presté atención hasta que en el noticiero oí que hacía muchos meses que no llovía”. Leslie estaba en lo cierto porque según las estadísticas, el promedio anual de días lluviosos en Cardiff es de 148 mientras que en Mendoza, solamente de 30. “Encima llegué en agosto y me ‘agarró’ el viento zonda, parecía verano”. Otra cosa que sorprendió a Leslie es que la gente no saliera de su casa en un día de lluvia o que ni siquiera llevara paraguas. “En Gales todo el mundo sale igual, aunque se caiga el cielo, aquí no. Por eso, cuando llueve aprovecho para hacer trámites, pues no hay nadie fuera“.

¿Cómo desconcertar a los extranjeros solo con el nombre de una calle?

“Llevaba cinco meses en Mendoza”, comenta Martín, un guía de turismo gaditano. “Iba caminando por el barrio Cívico y alguien me preguntó por la calle 25 de Mayo. Podría haber dicho que no era de Mendoza, como sé que hacen muchos extranjeros, pero me animé e indiqué que esa calle quedaba dos después del Casino”, recuerda. “Al tiempo me di cuenta de que estaba en la ciudad y que a esa persona la había enviado a 25 de Mayo de Godoy Cruz”, se lamenta. A Tania, una joven paulista, también le llamó la atención cómo las calles cambiaban de nombre. “Cada vez que cruzaba una avenida miraba los carteles para ver el nombre. Tardé muchísimo en entender que José Vicente Zapata, Colón y ‘la Arístides’ eran la misma calle con distintos nombres”.

La calidez de la gente y la belleza de los paisajes, la razón por la que Ametha decidió vivir en Mendoza

Ametha llegó a Argentina desde Liberia cuando su país estaba en medio de una guerra civil. “Llegué a Buenos Aires y allí hice muchos amigos. La primera vez que vine a Mendoza fue de mochilera de paso para Chile. Esa fue también la primera vez que conocí las montañas y la nieve. Quedé impactada con la belleza del paisaje”, recuerda. “En ese momento pensé para mí misma ‘si alguna vez dejo Buenos Aires, definitivamente me voy a mudar a Mendoza‘”, relata. Varios años después, ella, su hija y su esposo de aquel entonces, llegaron a la provincia. “La gente aquí me recibió muy bien, es muy cálida y amable y también tengo grandes amigas”, asegura. Hoy, Ametha vive en Guaymallén, hace artesanías de distintos tipos y es estudiante avanzada en la Universidad Nacional de Cuyo. “Me gusta mucho Mendoza, fue una buena decisión venir a vivir aquí”.

San Martín enorgullece también a los extranjeros

“¡Todo, absolutamente todo se llama San Martín!”, exclama Leony, una estudiante oriunda de Nuremberg, Alemania. Leony llegó a Mendoza como parte de un intercambio en marzo de 2020. Su primera salida por la ciudad fue a la “Festa in Piazza” y después a la “Fiesta de Inauguración de la calle Arístides Villanueva”. “Mi tutora de intercambio me llevó a recorrer la ciudad y todo se llamaba San Martín, la avenida, el parque, otras calles más chicas, la biblioteca… hasta me mostró un billete antiguo en el que salía su cara. Me hizo acordar a Simón Bolívar cuando estuve en Venezuela”, comenta. “Los mendocinos son muy patriotas, eso también se nota cuando ponen la bandera en las ventanas o en las universidades, tienen una bandera muy linda, da gusto que haya gente que quiera así a su país” añade.

La arquitectura, uno de los principales atractivos para los extranjeros

“¡Es que es increíble!”, expresa Mateo, un ingeniero suizo llegado a Argentina hace cinco años. “Vas caminando por la calle y ves una construcción como la casa del proyecto Wright en la avenida Emilio Civit y a unas cuadras ves otra de principios de siglo”, comenta. “También cautivaba mucho mi atención cómo estaban ordenadas las plazas en el centro, una principal y cuatro alrededor. Ese sistema español se ve mucho en el interior de su país” asegura. “Me gustan mucho las vistas que hay aquí, cómo se puede ver de noche toda la ciudad iluminada desde la montaña o cómo desde una terraza se puede ver un precioso atardecer con las montañas de fondo. Mendoza es maravillosa.”, relata entusiasmado.