Las cebollas al Fontina son una de las especialidades culinarias más reconocidas de la región de Valle de Aosta ubicada al noroeste de Italia. Esta región, junto con las de Piamonte, Liguria y Lombardía conforma una de las zonas más ricas y de más sofisticada gastronomía del país. Si bien la cocina valdostana es conservadora, también es refinada y práctica. La mayoría de las exquisiteces que ofrece esta región tienen como base la presencia de cinco ingredientes fundamentales: lácteos (principalmente quesos y manteca), embutidos, carnes de caza asadas o ahumadas, trigo y hortalizas (especialmente cebolla y ajo), que se alternan en muchas de sus comidas. Habitualmente, los turistas van al Valle de Aosta para admirar sus paisajes, sus escenarios de montaña, pero más que nada, para degustar sus exclusivos platos.
Mendoza, no solo la tierra del sol y del buen vino
Algo similar a lo que sucede en Valle de Aosta sucede aquí en Mendoza, donde además de degustar una amplísima gama de exquisitos vinos se pueden probar platos frescos cuyos ingredientes más importantes son también las hortalizas, los quesos semiduros y las finas hierbas de montaña que le dan a la cocina local un carácter similar al valdostano, conservador y práctico, pero que nunca pierde la sofisticación.
Por eso, hoy te traemos la receta de las cebollas al Fontina, un plato de Valle de Aosta ideal para degustar, admirando los hermosos paisajes mendocinos, junto con una copa de vino.
Ingredientes necesarios para preparar cebollas al Fontina
(Para porciones, aproximadamente)
-1 kilo de cebollas con piel
-50 gramos de manteca
-Una cucharada de harina 000
-Medio litro de leche
-100 gramos de queso Fontina
-2 cucharadas de perejil picado
-Una pizca de pimentón
-Sal y pimienta a gusto
Preparación y presentación de las cebollas al Fontina
Cocer en agua con sal, durante unos veinte minutos, las cebollas con piel. Escurrirlas y pelarlas. Luego, deshacer la manteca en una ollita, añadir la harina y mezclar bien hasta que liguen. Posteriormente, incorporar poco a poco la leche, sin dejar de mezclar. Llevar a ebullición y añadir el pimentón, la sal y la pimienta. Cortar muy fino el queso, incorporándolo a la salsa. Una vez que quede fundido, añadir las cebollas y mantenerlas al fuego durante un par de minutos. Pasado el tiempo de cocción de las cebollas con el queso, disponerlas en un plato y espolvorearlas con el perejil picado.
¿Con qué vino acompañar este plato y por qué?
Redondas, pequeñas y achatadas, las cebollas ideales para preparar este plato tienen la piel dorada, son muy dulces y se conservan durante bastante tiempo pese a que su época de cosecha en la región de Cuyo es entre septiembre y diciembre. Una vez cocidas a fuego lento o caramelizadas, el dulzor que caracteriza a las cebollas es el contrapunto para muchos vinos que, a su vez, maridan perfectamente con quesos de pasta semidura, como el Fontina, el Gouda, el Pategras y el Colonia. Por eso, los vinos ideales para acompañar a esta exquisitez valdostana son los tintos tánicos como el Malbec o el Cabernet Sauvignon, o ligeros y delicados, como el Pinot Noir.
